En una señal de los vientos políticos cambiantes de América del Sur, un clan minero multimillonario está retrasando nuevas inversiones en Chile debido al riesgo país mientras busca avanzar con un gran gasto en Argentina.
Actualmente, los vientos en contra de la regulación en Chile provienen de los esfuerzos para abordar las desigualdades persistentes que provocaron el peor malestar social en una generación.
Además, las tensiones se han visto exacerbadas por la pandemia y los precios récord del cobre; por ello, el proceso constitucional durará un año y las empresas mineras extranjeras tienen acuerdos de estabilidad que las protegen de cambios tributarios hasta al menos 2023.
Frente a ello, Lundin Mining, que recientemente gastó US$ 1,000 millones en mejorar su operación de cobre en Chile, monitoreará los posibles cambios en las reglas en el país antes de proceder con una expansión subterránea estimada en US$ 500 millones allí; según dio a conocer el presidente de la compañía, Lukas Lundin, a Bloomberg.
También se indicó que en San Juan (Argentina), el grupo sueco-canadiense está en conversaciones con funcionarios de esa nación sobre un proyecto multimillonario de cobre, plata y oro.
De acuerdo con la agencia de noticias, las reglas estables y favorables y depósitos gigantes han visto a Chile convertirse en el proveedor dominante de cobre mundial, mientras que la política volátil y poco ortodoxa de Argentina ha limitado el desarrollo de su vasta riqueza mineral.
“Esa brecha de riesgo puede estar a punto de reducirse después de que Chile eligiera una asamblea que coloca la redacción de una nueva constitución en gran parte en manos de la izquierda, dejando a las minas vulnerables a reglas más estrictas. La votación del fin de semana también puede agregar impulso a un proyecto de ley para crear una de las cargas fiscales más pesadas de la industria”, destacó Bloomberg.
Añadió que la perspectiva de un entorno operativo más oneroso en Chile está haciendo que la industria se detenga justo cuando el mundo clama por más cobre en una incipiente transformación de energía verde; por ello, para Lundin, se produce cuando la empresa finaliza los estudios sobre una expansión subterránea.
“Vamos a esperar y ver antes de poner demasiado dinero y estoy seguro de que todos los demás están haciendo lo mismo. Si hay demasiada incertidumbre en el próximo año, año y medio, obviamente no presionaremos el botón. Los países quieren ingresos más altos, lo entiendo; pero si grava demasiado, es muy difícil reinvertir de nuevo”, expresó el presidente de Lundin.
Situación argentina
En Argentina, el grupo cuyas participaciones en negocios de minería y energía en todo el mundo suman alrededor de US$ 4,300 millones, está buscando desarrollar depósitos que acaban de generar algunos resultados de perforación espectaculares.
Josemaria Resources Inc. del grupo, dirigida por el hijo de Lukas, Adam, está negociando términos con las autoridades luego de presentar una evaluación de impacto ambiental y social en febrero.
Otra unidad de Lundin está perforando el depósito Filo del Sol. El mayor de los dos proyectos de San Juan sería al menos tan grande como la mina Candelaria de Lundin en Chile y su construcción costaría entre US$ 4,000 millones y US$ 5,000 millones; en tanto, los funcionarios argentinos están «interesados» en que el proyecto avance.
De acuerdo con Bloomberg, Lundin conoce bien Argentina; fue responsable del descubrimiento del depósito gigante Veladero ahora operado por Barrick Gold; ha liderado muchas fusiones y adquisiciones a lo largo de los años; pero a pesar de que existe un margen limitado para que los productores de cobre aceleren las expansiones de las operaciones existentes, tampoco hay muchos vehículos para consolidar en este momento.
“Si algo tiene sentido, definitivamente lo veremos, pero no veo que sucedan tantas fusiones y adquisiciones. Las oportunidades limitadas de crecimiento de la oferta y los largos plazos de entrega para las nuevas minas son parte de la razón por la que Lundin dice que el ciclo ascendente del cobre podría prolongarse durante otra década. Si el precio es así o un poco más bajo, es muy bueno para la industria dar estabilidad y potencia para poner en producción nuevos proyectos”, puntualizó Lukas Lundin.