Lamentamos profundamente que frente a estos actos vandálicos no exista una condena explícita y una reacción oportuna por parte del gobierno.
La CONFIEP y sus gremios asociados de la pequeña, mediana y la gran empresa rechazan los actos de violencia suscitados en los últimos días en contra de la actividad minera en Ayacucho, Ancash y otras regiones del país, donde se ha puesto en riesgo la vida de miles de trabajadores, comuneros, y donde se han causado graves daños a la propiedad privada y al medio ambiente.
Lamentamos profundamente que frente a estos actos vandálicos no exista una condena explícita y una reacción oportuna por parte del gobierno, para mantener el diálogo y asegurar la tranquilidad de las comunidades y los trabajadores, la protección de la propiedad privada y el libre tránsito, y el respeto al Estado de Derecho.
Así mismo, rechazamos las declaraciones tendenciosas y parcializadas del Ministro de Justicia, esperando una rectificación en aras de un diálogo que nos conduzca a la solución de los problemas.
Exhortamos al gobierno a realizar todas las acciones necesarias que conduzcan a restablecer la paz social en las regiones afectadas en beneficio de sus comunidades, así como para lograr el reinicio de las actividades suspendidas, a fin de poder hacer frente a la crisis sanitaria que aún venimos enfrentando y poder reactivar la economía para generar el empleo que necesita el país.