Según Cochilco, Argentina incrementaría fuertemente su producción, llegando a igualar a la producción esperada de Chile hacia fines de la década.
A través del reciente informe «El mercado de litio. Desarrollo reciente y proyecciones al 2030», la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) proyectó un incremento en la demanda del litio de cara a 2030, pasando de 327 kt de Carbonato de Litio Equivalente (LCE) en 2020 hasta 2.114 kt LCE en ocho años más.
Este incremento, que supone un crecimiento anual compuesto de 21%, se justifica por el mayor consumo proyectado de baterías de ion litio del sector automotriz. “En efecto, anticipamos que el segmento de vehículos eléctricos pase de representar el 41% del consumo agregado de litio en 2020 a un 73% en 2030”, detalló el documento.
“El consumo agregado se divide mayormente en compuestos de carbonato e hidróxido de litio. Sin embargo, mientras que al 2020 estimamos que el carbonato es demandado con mayor intensidad, con un 67% del consumo total frente a un 28% para el hidróxido, anticipamos que el hidróxido tomará el protagonismo, llegando a un 56% del consumo total versus un 44% para el carbonato hacia el 2030”, indicó Cochilco.
Proyección de la producción mundial
Por otra parte, el informe estableció que a partir de las expansiones productivas de las operaciones existentes, junto a la entrada operacional de nuevos proyectos a nivel mundial, se prevé un crecimiento esperado de la producción mina de 383 kt LCE en 2020 a 1.639 kt LCE en 2030, lo que supone un crecimiento anual compuesto de 16%.
Según Cochilco, este incremento está fuertemente asociado a la entrada operacional de proyectos nuevos, los que aportarían el 49% de la oferta hacia fines de la década. A nivel jurisdiccional, se proyecta que Australia aumente significativamente su producción y participación sobre la producción total, pasando de 174 kt en 2020 a 415 kt en 2030.
Argentina, por parte, también incrementaría fuertemente su producción, llegando a igualar a la producción esperada de Chile hacia fines de la década con alrededor de 238 kt LCE.
Al mismo tiempo, se prevé que varios países, que actualmente no cuentan con una producción a gran escala, como Canadá, la República Democrática del Congo, Mali y México, se conviertan en actores productivos relevantes hacia fines de la década.
En el caso de Chile, que actualmente es el segundo mayor productor del mercado con el 32% del total al 2020, se espera que su participación en la producción mina global caiga a 15% hacia fines de la década.
Oferta y demanda
Durante 2019, el mercado avanzó de una situación de superávit hasta una progresiva estrechez durante 2020, produciendo leves déficits a partir de 2021. Si bien es esperable que estos se mantengan relativamente estables hasta 2027, el balance continuará en una situación de relativa constricción, lo que significará que cualquier disrupción en la oferta de operaciones existentes o retrasos en la puesta en marcha tanto de proyectos nuevos como de expansiones, causen déficits temporales.
“Más aún, ya a partir de 2027, proyectamos que la oferta no alcanzará a satisfacer la demanda esperada, creando un déficit creciente. Esta situación naturalmente ha puesto presión sobre la velocidad con que efectivamente pueda materializarse la oferta proyectada, lo que a su vez se ha traducido en un alza en los precios de carbonato e hidróxido de litio durante 2021”, especificó Cochilco.