En tanto, el consumo de energía renovable en los Estados Unidos aumentó levemente de 11,5 BTU en 2020 a un récord de 12,2 BTU en 2021.
Los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) representaron el 79 % de los 97.000 billones de Unidades Térmicas Británicas (BTU) de consumo de energía primaria en los Estados Unidos durante 2021.
Alrededor del 21% del consumo de energía primaria del país en 2021 provino de fuentes de combustible distintos de los combustibles fósiles, como las energías renovables y la energía nuclear.
Así dio a conocer la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA; por sus siglas en inglés).
Contenido recomendado: Estados Unidos tiene inversiones mineras en el Perú por más de US$ 7.000 millones
Detalles
El aumento en el consumo de energía primaria de EE. UU. el año pasado fue el mayor aumento anual registrado y se atribuyó principalmente a un retorno gradual a los niveles de actividad previos a la pandemia.
Asimismo, el consumo de energía renovable en los Estados Unidos aumentó levemente de 11,5 BTU en 2020 a un récord de 12,2 BTU en 2021.
El mayor uso de energías renovables para la generación de electricidad, incluida la energía eólica y solar, se vio parcialmente compensado por una disminución en la generación hidroeléctrica.
En tanto, el consumo de energía nuclear de EE. UU. totalizó 8,2 BTU en 2020, el nivel más bajo desde 2012.
Combustibles fósiles
El petróleo ha sido la fuente de energía primaria más consumida en los Estados Unidos desde que superó al carbón en 1950.
El consumo de petróleo en los Estados Unidos se mantiene por debajo de su pico de 2005, con un total de 35 BTU en 2021.
Mientras que el consumo de gas natural totalizó 31,3 BTU en 2021; es decir, un ligero descenso con respecto al año anterior.
El consumo de carbón en la nación norteamericana aumentó a 10,5 BTU en 2021, lo que marca el primer aumento anual en el consumo de carbón de EE. UU. desde 2013.
Cabe destacar que el consumo de carbón de EE. UU. se ha reducido en más de la mitad desde su punto máximo en 2005.
La reducción de la generación de electricidad a base de carbón ha impulsado gran parte de esta disminución.