El requisito forma parte de un amplio proyecto de ley que incluye políticas sobre el clima y la energía limpia y normas sobre los materiales para las baterías de los vehículos eléctricos, como el cobalto, el litio, el níquel y el grafito.
Agencia Reuters.- Las mineras tendrán que esforzarse para ampliar sus operaciones en Estados Unidos en un tiempo récord y así cumplir con un plazo de abastecimiento de minerales clave de forma local o de unos pocos países, según un proyecto de ley que probablemente se apruebe el viernes, dijeron empresas y expertos del sector.
El requisito forma parte de un amplio proyecto de ley que incluye políticas sobre el clima y la energía limpia y normas sobre los materiales para las baterías de los vehículos eléctricos, como el cobalto, el litio, el níquel y el grafito.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos tiene previsto votar el proyecto el viernes.
«Considerando que se necesitan siete años para construir una mina y una planta de refinación, pero sólo 24 meses para construir una planta de baterías, se necesita la mayor parte de esta década para crear una industria totalmente nueva en Estados Unidos», dijo Simon Moores, presidente ejecutivo de Benchmark Mineral Intelligence.
La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) incluye una desgravación fiscal de 7.500 dólares para los nuevos vehículos eléctricos, pero para obtener la totalidad de la exención, los fabricantes de vehículos eléctricos tienen que abastecerse en 2023 de al menos dos quintas partes de los materiales de las baterías en Estados Unidos o en socios con tratados de libre comercio (TLC) como Canadá, Chile y Australia, o reciclarlos en Norteamérica.
Las directrices excluyen a Indonesia y Argentina, dos proveedores de metales clave -níquel y litio, respectivamente- y aumentan el objetivo de abastecimiento de materiales al 80% para 2026. Los fabricantes de automóviles habían presionado al Congreso para que ampliara el número de países proveedores.
«La opción más factible es recurrir al reciclaje (…) sin embargo, el impacto del reciclaje será muy limitado cuando apenas haya vehículos eléctricos en circulación», dijo Max Reid, analista de WoodMac Battery Raw Materials Service.
En Estados Unidos se encuentran algunos de los mayores fabricantes de automóviles del mundo, como Ford Motor y General Motors, así como proveedores de piezas de automóviles, pero la capacidad de fabricación y refinado para baterías es limitada.
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El principal productor de litio, Albemarle Corp, que pretende construir una planta de procesamiento de litio en el sureste de Estados Unidos a finales de esta década, dijo que el proyecto de ley es un «paso positivo» para atraer inversiones para una cadena de suministro nacional.
«Las condiciones y el calendario del crédito para los vehículos eléctricos son un reto, ya que la industria de las baterías opera en gran medida en Asia y la cadena de suministro nacional está en fase de desarrollo», dijo un portavoz de Albemarle.
«Nuestro proyecto de mina en Kings Mountain y la propuesta de centro de producción megaflex en el sureste ayudarán a hacer avanzar la cadena de suministro en Estados Unidos, pero esto demorará».
Rio Tinto, que tiene operaciones de refinado y fundición en Utah y Canadá, dijo que «acogía con satisfacción las disposiciones sobre extracción y procesamiento nacionales» y que estaba trabajando con clientes del sector del automóvil.
Otros grandes mineros de metales para vehículos eléctricos (VE), como la minera de cobre Freeport-McMoran y Glencore, no quisieron hacer comentarios.
Los nuevos proyectos mineros estadounidenses se han enfrentado a una fuerte oposición por parte de las comunidades locales y los ecologistas, lo que subraya la tensión más generalizada en Estados Unidos, ya que la resistencia a vivir cerca de una mina choca con el potencial de los VE para mitigar el cambio climático.
La empresa chilena Antofagasta, por ejemplo, vio cómo el Departamento del Interior de Estados Unidos canceló en enero los contratos de arrendamiento de su propuesta de mina de cobre y níquel Twin Metals en Minnesota por motivos medioambientales.
La Casa Blanca además había dicho el año pasado que planeaba prohibir durante 20 años la explotación minera en la región de Boundary Waters de Minnesota, donde Antofagasta espera construir una mina subterránea.
«La opinión de que hay que abastecerse en el país (…) empezará a prevalecer y a ser más significativa», dijo a Reuters el presidente ejecutivo de Antofagasta, Iván Arriagada.
«Se basa en consideraciones de seguridad nacional, en los desafíos que plantea la transición energética y no hay manera de que el mundo llegue a la neutralidad del carbono para el 2050 a menos que haya más materias primas».
«Hay una contradicción ahí, pero la ola parece ir en la dirección de darse cuenta de que estos proyectos tienen que hacerse».
Los esfuerzos de Estados Unidos y Europa por construir una cadena de abastecimiento independiente de minerales para vehículos eléctricos se han acelerado con el aumento de la tensión entre Occidente y China y Rusia, mientras que la pandemia del COVID-19 puso de manifiesto los riesgos derivados de los cierres y la escasez de la cadena de suministro.
Las empresas están presionadas para reducir su huella de carbono, pero las complejas cadenas de suministro de baterías requieren que los materiales atraviesen varios continentes en diferentes etapas de procesamiento antes de que una batería terminada termine en un vehículo eléctrico.
La Casa Blanca dijo el año pasado que se apoyaría en los aliados para asegurar los minerales necesarios para las baterías de los vehículos eléctricos, señalando entonces que el país «no puede y no necesita extraer y procesar todos los insumos críticos de las baterías en casa».
«Dado que el mercado es de naturaleza global y predominan los precios al contado, el efecto mayor (del proyecto de ley) es empujar a las empresas que sirven al mercado estadounidense a profundizar en las inversiones en los socios relevantes del TLC, concretamente Canadá y Australia», dijo el analista de materias primas de Fitch Solutions, Nick Trickett.