El concesionario del GSP ya está trabajando para confirmar la traza del ducto y acondicionar 400 kilómetros para el transporte de tuberías para el primer tramo del proyecto.
La concesionaria del Gasoducto Sur Peruano (GSP) -que integran Odebrecht y Enagas- concretó la compra de parte de la tubería que comprenderá los primeros tramos de la proyectada infraestructura de transporte del gas natural, e iniciará su instalación en los primeros meses del 2015.
Así lo informó Luiz César Costa, gerente general de la empresa, quien además precisó que la primera orden de compra de dicha tubería viene de la India, de una compañía de Estados Unidos, y se espera concluir la adquisición de todo el material a fines de noviembre próximo.
Según indicó, este primer lote de tuberías corresponde a las partes del GSP que irán en la zona de selva (tramos B y A-1). Cabe recordar que el primer tramo va desde la planta de separación de Malvinas al punto de conexión con el actual gasoducto de TGP, mientras el tramo A-1 desde dicho punto de conexión hasta Urcos. Todo ello en el Cusco. Este último tramo incluye las conexiones de la futura central térmica de Quillabamba.
De otro lado, si bien anteriormente la empresa había previsto poner en operación los dos tramos citados a los 30 meses de iniciadas las obras (Gestión 10.07.2014), en las condiciones actuales se proyecta que estará listo para diciembre del 2016, es decir, en 24 meses, remarcó Costa.
“Estamos hablando de concluir (los dos primeros tramos) con antelación, pues según el plazo contractual la fecha límite es a fines de marzo del 2019, pero nosotros lo tendremos con dos años y tres meses de adelanto”, aseveró.
Reiteró que el tramo A-2, que es el más largo y va desde Urcos hasta Ilo y Mollendo (donde alimentará a centrales térmicas a gas), se concluirá en diciembre del 2017, haciendo un total (con los demás tramos) de 1,134 kilómetros de tuberías.
Según Costa, la empresa está enfocada en avanzar el tramo B, y por ello se iniciaron las obras para confirmar si la traza del ducto planteada por la empresa se puede realizar en la práctica.
De otro lado, si bien ProInversión había previsto que la inversión, solo en obras, ascendería a US$ 3,600 millones (adicional a los US$ 3,700 millones que costaría el mantenimiento y operación del ducto en 34 años de concesión), el ejecutivo puntualizó que, en la práctica, su empresa ha estimado que solo la construcción del ducto demandaría US$ 4,100 millones.
“La mayor inversión (US$ 600 millones más) se debe a costos no previstos en el estimado de ProInversión, como la afinación en los estudios de suelos, trabajos para acondicionar 400 kilómetros de carretera para permitir el paso de vehículos que transporten los tubos para esta obra en el primer tramo”, explicó.
Para la empresa, el proyecto es un desafío, porque el 50% de la traza estará por encima de los 3,500 metros, y será un reto logístico muy importante”, anotó. Asimismo, subrayó que parte del transporte de tubos, en zonas de selva, se hará por helicóptero.
Tramo que traiga más gas a Lima depende de seguridad
La ejecución de los estudios que el consorcio Odebrecht-Enagas debe hacer para la construcción del tramo C del Gasoducto Sur Peruano, que amplíe la capacidad de transporte de gas a Lima, avanzará siempre y cuando esa empresa cuente con la seguridad para realizar sus trabajos en la zona.
Esta información la dio a Gestión el gerente general del citado consorcio, Luiz César Costa, quien explicó que el área del tramo C es el más delicado por la situación de inseguridad que posee.
Según el ejecutivo, en dicha zona de Cusco, anteriormente TGP, operador del gasoducto de Camisea, sufrió atentados terroristas en sus intentos por ampliar la capacidad de dicha infraestructura.
“El estudio de ingeniería y la parte de la línea base ambiental van a avanzar solo si existe seguridad para ingresar. Hoy en día existe buena voluntad del Gobierno de darnos apoyo para poder ingresar”, apuntó.
No obstante, Costa explicó que también se necesitan realizar estudios in situ, de topografía, y una traza fina para ver si hay problemas en la ruta del futuro tramo.
Fuente: Gestión