La operación se conoce en un momento en que México está enzarzado en una disputa sobre su política energética con Estados Unidos y Canadá, que argumentan que perjudica a sus empresas y viola un acuerdo comercial regional.
Reuters.- México acordó comprarle al gigante energético español Iberdrola 13 plantas generadoras de electricidad en el país, en una operación de 6,000 millones de dólares que el presidente mexicano calificó como una «nueva nacionalización» del mercado eléctrico que ampliará el control estatal.
En un vídeo publicado el martes en sus redes sociales, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó el acuerdo de histórico y dijo que dará a la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) el control mayoritario del mercado eléctrico.
«Esto significa el rescate de la Comisión Federal de Electricidad y es una nueva nacionalización de la industria eléctrica», dijo López Obrador, flanqueado por responsables del Gobierno y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán.
Está previsto que el acuerdo se complete en un plazo de cinco meses, dijeron las autoridades, momento en el que la CFE operará las centrales, aunque la gran mayoría de su capacidad ya estaba bajo contrato para ser vendida a la empresa estatal.
La operación se conoce en un momento en que México está enzarzado en una disputa sobre su política energética con Estados Unidos y Canadá, que argumentan que perjudica a sus empresas y viola un acuerdo comercial regional.
Es demasiado pronto para saber si el precio de compra refleja el valor justo de mercado, en gran parte debido a la combinación de instalaciones más antiguas y más nuevas en el acuerdo, dijo el analista de energía Gonzalo Monroy.
Sin embargo, Iberdrola reducirá significativamente su exposición en México con la venta de sus plantas más antiguas tras cuatro años de constantes problemas legales, añadió el analista.
López Obrador, un nacionalista en materia energética, ha arremetido con frecuencia contra Iberdrola, comparando la actitud de una de las principales empresas energéticas europeas con la de unos conquistadores y recordando la conquista de México en el siglo XVI a manos de los españoles.
Sostiene que Iberdrola se benefició de Gobiernos corruptos del pasado y la ha acusado de intentar montar una campaña mediática contra él de acuerdo con sus adversarios políticos.
Aun así, el presidente de Iberdrola expresó su respeto por el impulso de López Obrador para reforzar el control estatal sobre la energía.
«Hemos entendido cuál es la política energética de su gobierno y (…) nos ha llevado a buscar una situación que sea buena para el pueblo de México y al mismo tiempo cumpla con los intereses de nuestros accionistas», dijo Galán.
SIN SUBIDAS DE PRECIOS
Las plantas de Iberdrola, en su mayoría instalaciones que queman gas natural, pero también un importante parque eólico, generan una potencia equivalente a casi una décima parte de la capacidad total instalada en México en 2020, según datos oficiales.
El acuerdo de adquisición de plantas llevará la generación de energía de CFE a casi el 56% del total de México, desde alrededor del 40%, dijo López Obrador, quien ha dicho previamente que el Estado debe controlar al menos el 54% de la generación.
En un comunicado, Iberdrola dijo que firmó un memorando de entendimiento con el gestor de activos Mexico Infrastructure Partners (MIP) para vender más de 8.400 megavatios (MW) de capacidad de sus plantas de gas, además de su activo eólico de 103 MW La Venta III.
El secretario de Hacienda mexicano, Rogelio Ramírez de la O, señaló que el fondo estatal de infraestructuras Fonadin tendrá probablemente la mayoría del capital en la transacción y servirá como vehículo especial utilizado para refinanciar la operación.
En una presentación ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores española, Iberdrola dijo que seguirá invirtiendo en el país para «desarrollar la generación renovable en México y cumplir con sus objetivos actuales y futuros en el país».
El valor acordado puede modificarse en función de la fecha de cierre de la operación y otros ajustes, dijo Iberdrola.
López Obrador se ha enfrentado a otras empresas energéticas durante sus más de cuatro años en el cargo, obligando a algunas plantas a abandonar la red nacional y arrebatando el control de un hallazgo de petróleo potencialmente lucrativo a la empresa estadounidense que lo descubrió.
Pero su último impulso a un mayor control estatal de la energía lo ha formulado en términos populistas.
«Lo más importante es que así garantizamos que no aumente el precio de la electricidad», declaró.