La demanda total ascendió a 1.081 toneladas. Las grandes compras de los bancos centrales y los consumidores chinos se vieron contrarrestadas por la reducción de las compras de los inversores.
Reuters.- La demanda mundial de oro cayó en los tres primeros meses de 2023, ya que las grandes compras de los bancos centrales y los consumidores chinos se vieron contrarrestadas por la reducción de las compras de los inversores, dijo el viernes el Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés).
La demanda total ascendió a 1.081 toneladas, un 13% menos que en el primer trimestre de 2022, indicó el WGC en su último informe trimestral sobre tendencias de la demanda.
Alrededor de la mitad de la demanda de oro procede de los joyeros, mientras que los inversores y los Estados son responsables de la mayor parte del resto. El oro en lingotes se considera un activo seguro y los inversores suelen comprar más en épocas de inestabilidad económica.
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La demanda se disparó en 2022 a su nivel más alto en 11 años gracias al mayor banco central registrado. Los precios del oro, por su parte, están cerca de máximos históricos por encima de los 2.000 dólares la onza.
Entre los aspectos positivos del primer trimestre, los bancos centrales compraron 228 toneladas de oro, más que en cualquier periodo enero-marzo de los datos que se remontan al año 2000, según el WGC.
La demanda de joyas de China fue de 198 toneladas, la mayor para cualquier trimestre desde el primer trimestre de 2015, ya que el fin de los controles COVID-19 desató el gasto de los consumidores.
Entretanto, los compradores estadounidenses, preocupados por las turbulencias bancarias y económicas, compraron 32 toneladas de lingotes y monedas de oro, la mayor cifra en un trimestre desde 2010.
Por otra parte, las compras de lingotes y monedas de oro cayeron en Europa, la demanda de joyería india cayó a su nivel más bajo en tres años y los fondos cotizados que almacenan lingotes para inversores vendieron oro, dijo el WGC.
La demanda de inversión ya había repuntado en marzo, cuando las quiebras bancarias sembraron el miedo en los mercados y los analistas anticiparon el fin de las subidas de los tipos de interés en Estados Unidos.