Newcrest confirmó que ha realizado ajustes en las operaciones subterráneas para cumplir con la solicitud de la autoridad ambiental.
La minera australiana Newcrest ha reducido el ritmo de extracción subterránea en su mina de oro y cobre Cadia, después de que la autoridad medioambiental del Estado descubriera que se estaban produciendo niveles «inaceptables» de polvo.
En junio, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Nueva Gales del Sur (EPA) ordenó a la empresa que tomara medidas inmediatas sobre los niveles de contaminación por polvo producidos por sus operaciones. La agencia determinó que la mina estaba «muy por debajo» de sus obligaciones legales de cumplir las normas de aire limpio.
Tony Chappel, director ejecutivo de la EPA, declaró en aquel momento: «Exigimos a la mina que tome todas las medidas necesarias para garantizar una reducción significativa de las emisiones de polvo, lo que puede incluir una reducción de la producción».
«Advirtió que si Newcrest no demuestra que ha tomado medidas, la EPA emprenderá «acciones apropiadas», que podrían incluir la suspensión de la licencia de explotación de la empresa, la búsqueda de órdenes judiciales o la emisión de nuevas instrucciones», señaló.
«Sabemos que se trata de una medida enérgica, pero no nos arredraremos a la hora de hacer lo necesario para dar prioridad a la salud humana y al medio ambiente», añadió Chappel. La EPA dijo también que el Departamento de Planificación y Medio Ambiente estaba investigando por separado si la empresa había cumplido las condiciones de la autorización en relación con los pozos de ventilación», indicó.
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Perspectiva de Newcrest
En una actualización a los inversores el martes, Newcrest confirmó que ha realizado ajustes en las operaciones subterráneas de Cadia para cumplir con la solicitud de acción de la EPA. Esto incluye una reducción de las tasas de extracción, informa el Sydney Morning Herald. Otros cambios incluyen modificaciones en el circuito de ventilación de la mina, así como la instalación de equipos adicionales de control del polvo, como pulverizadores de polvo y cortinas de pulverización.
La empresa ha declarado que no espera que la ralentización de las operaciones tenga repercusiones importantes en la producción global de la mina, en gran medida porque las reservas a nivel de superficie podrían utilizarse para cubrir las lagunas de producción en caso necesario.
«Cadia sigue trabajando de forma abierta y transparente con la Autoridad de Protección Medioambiental y la comunidad local para garantizar el cumplimiento de todas las obligaciones legales de una forma que esté en consonancia con los valores de Newcrest», declaró la empresa.
Añadió que espera disponer de una evaluación de riesgos para la salud humana en septiembre, que proporcionará una «imagen científica exhaustiva» de la calidad general del aire en la zona y de las posibles repercusiones en la salud y el bienestar de las comunidades locales.
La mina Cadia se ha enfrentado este año a otras importantes denuncias sanitarias. En mayo, docenas de residentes del pueblo de Millthorpe, al oeste de Nueva Gales del Sur, incluidos niños, informaron de que los resultados de sus análisis de sangre mostraban altos niveles de metales pesados.
En mayo, Newcrest aceptó una oferta de adquisición del gigante minero Newmont por valor de 19.000 millones de dólares (28.030 millones de dólares australianos), tras el rechazo de una oferta inicial de 16.900 millones de dólares en febrero.