Permitiría desarrollar cadenas de valor, generar empleo e inversiones con la exigencia social de una minería responsable con el ambiente y las comunidades locales.
La Mesa del Cobre que acaban de conformar los gobernadores de Salta, Catamarca y San Juan buscará darle impulso final a los proyectos más avanzados de la Argentina, los que podrían aportar exportaciones por 10.000 millones de dólares anuales a finales de la década.
Considerado uno de los recursos estratégicos por su alta demanda global proyectada para la electromovilidad, las energías renovables y la industria electrónica, la minería de cobre puede aportar al país inversiones por 25.000 millones de dólares y un salto exponencial de sus exportaciones hacia finales de la década que permitiría alcanzar los 10.000 millones de dólares anuales.
El nuevo espacio fue creado en Bruselas, Bélgica, por los gobernadores de Salta, Gustavo Sáenz; de Catamarca, Raúl Jalil, y de San Juan, Marcelo Orrego, en el marco de una misión comercial a la Unión Europea que encabezaba la ahora exsecretaria de Minería Flavia Royon, quien presentó su renuncia en las últimas horas del viernes.
Mesa de cobre
Según informó Télam, estas provincias que poseen los proyectos más avanzados del país generaron este nuevo espacio de cooperación y coordinación -a imagen de lo que ya ocurre con la Mesa del Litio- en procura de articular la formulación de políticas públicas orientadas al desarrollo sustentable y una gobernanza responsable de los recursos mineros.
La mesa dispuso la activación de las comisiones de Trabajo, Infraestructura, Desarrollo de Proveedores, Regalías y Tributos, Minería, Ambiente y Agua, Ciencia y Tecnología, Educación y Trabajo, Industrialización y Cadena de Valor para cuando se presente formalmente en el país la iniciativa, acordada para la próxima edición de la Expo San Juan Minera, del 21 al 23 de mayo.
El acuerdo de los gobernadores tiene como antecedente inmediato la conformación por parte de las empresas del sector de una Mesa del Cobre que permita un trabajo en conjunto y que agrupa a representantes de los principales proyectos cupríferos, tales como Los Azules, Taca Taca, Mara, Josemaría, Filo del Sol, Altar y Pachón.
Estos proyectos tienen el potencial de repercutir positivamente en cada una de las regiones en que se encuentran, al generar hasta 100.000 empleos directos e indirectos de calidad y oportunidades de desarrollo para las comunidades, en zonas alejadas de los grandes centros urbanos.
Con el cierre en 2018 de la mina Bajo de la Alumbrera, en Catamarca, el país cumple seis años sin producción y exportaciones de cobre, un desaprovechamiento de los recursos cupríferos que se estiman para el país como parte de la misma región metalífera que incluye a Perú y Chile, los responsables del 35% de la producción y el 50% de las exportaciones mundiales del cobre.
Demanda mundial
Los grandes bloques comerciales que representan más del 65% de la demanda global integrado por China -que por sí sola representa casi el 35% del total-, Estados Unidos, Unión Europea y Japón consideran al cobre como mineral estratégico para sus proyecciones industriales vinculadas a la electrificación, por lo que se presentan no sólo como mercados atractivos sino como fuentes de financiamiento de los grandes proyectos.
Tal es la demanda proyectada a nivel global por el desarrollo en particular de la electromovilidad y las energías renovables que se estima que dentro de 10 años el mundo importará unos 50 millones de toneladas, el doble de lo que se comercializa hoy a nivel global, lo que motiva la aceleración de proyectos como los que cuenta la Argentina, varios de ellos de clase mundial.
Un auto eléctrico requiere cerca de cuatro veces más cobre de lo que necesita un auto a combustible fósil, según datos de la Agencia Internacional de la Energía, en tanto que los generadores eólicos requieren cerca del doble de cobre que el uso de carbón o gas natural para producir la misma cantidad de electricidad.
Una estimación reciente de la Secretaría de Minería indicó que el país está en condiciones de volver a exportar cobre en 2027, con una proyección inicial de 814 millones de dólares la fuerte y con la entrada en producción de más iniciativas ya avizora un incremento del volumen exportador anual.
Sólo con los ocho principales proyectos de cobre en la Argentina, la Secretaría de Minería estima exportaciones por cerca de 10.000 millones de dólares hacia 2030, a lo que suma lo que puede derivarse del incremento productivo en las provincias litíferas y las operaciones de oro y plata.
Por otro lado, la visión más conservadora del BCRA estima que el cobre argentino llegaría a un volumen de exportaciones anuales de 6.300 millones de dólares en 2030.
Megaproyectos en desarrollo
La minería argentina tiene en distintas etapas de desarrollo ocho megaproyectos para la producción de cobre. En el caso de San Juan lidera las inversiones de exploración en la Argentina con cinco de los yacimientos más avanzados para su inicio de construcción y producción.
Se trata de los proyectos Josemaría, el único que inició la etapa de construcción, con un capex anunciado de 4.100 millones de dólares; El Pachón, que atraviesa la etapa de factibilidad con una inversión inicial de 4.500 millones de dólares; El Altar, en exploración avanzada, que requerirá unos 3.000 millones de dólares, de acuerdo con relevamientos oficiales.
Completan el portfolio sanjuanino el proyecto Los Azules, en estudio económico preliminar (PEA) por 2.363 millones de dólares, y finalmente, Filo del Sol, que se encuentra en etapa de prefactibilidad con un costo de construcción de 1.266 millones de dólares, todos estos en la provincia de San Juan.
En Catamarca, el proyecto Minera Agua Rica Alumbrera (Mara), avanzó a la etapa de prefactibilidad y tiene un capex previsto de 3.100 millones de dólares; en la zona norte de Mendoza, el proyecto San Jorge también en prefactibilidad con una inversión inicial de 370 millones de dólares; y en Salta la mina Taca Taca que en estudio económico preliminar requerirá 3.583 millones de dólares.