Uno de los mayores retos que enfrentan actualmente las empresas mineras es contar con personal calificado que permita elevar los niveles de productividad en sus operaciones. Si bien cuentan con tecnología de punta, es indispensable tener personas capacitadas que sepan operar adecuadamente la maquinaria y hacer un uso eficiente de los equipos.
En este sentido, las capacitaciones técnicas que vienen impulsando diferentes empresas mineras, como parte de sus programas de responsabilidad social, resultan de gran utilidad, pues permiten formar a jóvenes de las comunidades cercanas a sus áreas de influencia. Al contar con las habilidades y conocimientos necesarios, las posibilidades laborales crecen de forma tangible. Además, se fortalece la aceptación social de las empresas y, al mismo tiempo, se generan expectativas reales en los jóvenes de acceder pronto al mercado laboral, lo que disminuye la migración.
Sin duda, al invertir en formación local se contribuye al desarrollo económico de las comunidades a través de la generación de puestos laborales y se aporta al romper el ciclo de la informalidad mediante empleo estable.
En este contexto, el Instituto CETEMIN juega un rol clave en la formación de capital humano para el sector minero peruano. Como responsable de poner en marcha los programas de capacitación auspiciados por las principales empresas mineras del país, CETEMIN se encarga de diseñar e implementar la oferta técnica en habilidades operativas a la medida de cada necesidad.
Con más de 20 años de experiencia, CETEMIN capacita anualmente a centenares de jóvenes de las zonas de influencia minera, a través de cursos que van desde manejo de equipos de alta complejidad hasta especializaciones en distintas áreas de minería. De esta forma, CETEMIN contribuye a mejorar la empleabilidad local a la par que satisface la demanda de mano de obra calificada de las empresas mineras que confían en su reconocida capacidad formativa.
Un ejemplo lo constituye el programa auspiciado por la Compañía de Minas Buenaventura y que CETEMIN viene desarrollando en Oyón, donde jóvenes reciben instrucción en cuatro cursos: ayudante de operación de jumbo frontonero, ayudante de operación de jumbo empernador, ayudante de lanzador shotcrete y ayudante de servicios auxiliares, para integrarse rápidamente como parte del equipo de operaciones de una mina.
Sin duda, estas capacitaciones cumplen un rol social invaluable porque brindan herramientas concretas a las futuras generaciones para enfrentar con éxito los desafíos de inserción laboral que plantea la actividad minera. Para las empresas, les asegura contar con talento humano entrenado que les permite optimizar procesos, reducir costos y mejorar el rendimiento de sus operaciones.
En conclusión, los programas de formación técnica en minería surten efectos muy positivos al contribuir con la productividad empresarial y el desarrollo socioeconómico de las comunidades, al mismo tiempo. Se trata de un modelo replicable cuyo efecto multiplicador solo genera beneficios en una industria con buenas expectativas a futuro.