Contando con presencia de actividades mineras y vinculadas a lo largo y ancho de su territorio, debería mostrarse regiones con niveles de crecimiento y desarrollo humano muy por encima de lo presentado por el INEI.
Por: Augusto Cauti B., Abogado – Consultor Internacional en Desarrollo de Negocios y Exviceministro de Minas.
Semanas atrás, el INEI publicó la última data sobre pobreza en el Perú en relación al año 2023, en
la cual mostró que el 29% de alrededor de 33 millones de habitantes del país, se encuentra en situación de pobreza.
Así, la cifra oficial de pobreza en el Perú se elevó un punto y cinco porcentual, pasando en el 2023, de 27,5% del 2022 al 29%.
Se estima que más de 9 millones de peruanos no tuvieron los ingresos económicos mínimos para cubrir la canasta básica de consumo durante el año pasado, representando alrededor de 3 millones más de personas en comparación al 2019 en que se registró un 20,2%.
Desde el año 2021, Perú registra ya tres años consecutivos en los que la pobreza monetaria solo se ha agravado.
El estudio revela que el país se encuentra a 1.1 puntos porcentuales de igualar el contexto de la pandemia, donde tres de cada diez peruanos vivían en pobreza. Por ende, se puede afirmar en estos tiempos que casi un tercio de los peruanos viven en estado de pobreza.
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A mayor detalle, el INEI detalló cifras por departamento, estableciendo que en 21 regiones el indicador de pobreza aumentó. Entre ellas, se destacan negativamente cuatro regiones en que la pobreza afectó a más del 40% de la población, siendo tres de ellas regiones en las que la actividad minera juega actualmente un rol importante y que aún podría ser mayor, a saber:
- Cajamarca, donde la pobreza fue de 44,5%, creció en 0,2% con respecto al 2022;
- En Loreto, la pobreza afectó al 43,5%;
- En Pasco, el registro fue de 41,7%; y,
- Puno reportó un 41,6% de pobreza.
De otro lado, existen cálculos que para regresar a la tasa de pobreza de alrededor del 20% -como era antes de la pandemia-, tomará al Perú no menos de 20 años; toda vez que la proyección de
crecimiento entre los años 2024 y 2028 se encuentra en promedio alrededor del 3% anual.
En un país minero como es el caso peruano, que tiene una cartera de proyectos diversificada y descentralizada, representada por 51 proyectos (más del 80% de metales básicos y cerca al 20% de metales de reserva) en 18 de las 25 regiones del país, con una inversión total de US$ 54,556 millones; ello no debería ser tolerable ni posible, sino todo lo contrario.
Contando con presencia de actividades mineras y vinculadas a lo largo y ancho de su territorio y ostentando proyectos de cobre, oro, plata, zinc, entre otros metales, debería mostrarse regiones con niveles de crecimiento y desarrollo humano muy por encima de lo presentado por el INEI.
Cabe anotar que hay estudios que señalan que la cartera de proyectos mineros del Perú permitiría que entre 7 a 8 millones de personas salgan de dicha condición de pobreza, por lo que resulta
cuando menos paradójico que en regiones que ostentan varios proyectos mineros como Cajamarca, Puno o Pasco se tengan resultados de pobreza tan abrumadores.
A la fecha, se están ejecutando tres proyectos mineros importantes: San Gabriel desde el año 2022, la segunda ampliación de Toromocho en Junín desde el año 2023, y Yumpag en Pasco.
También se espera que este año se inicie la reposición de Antamina, uno de los yacimientos mineros más grandes del mundo, lo que permitiría mantener su nivel de producción en, al menos, 8 años adicionales.
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