Mali le exige a la minera un pago de US$ 199 millones por impuestos atrasados, y que cumpla con el nuevo código minero del país.
Las negociaciones entre Barrick Gold y el gobierno de Mali para poner fin a una prolongada disputa sobre los pagos de la mina de oro más grande del país, se han suspendido sin una resolución.
Mali está exigiendo a la minera canadiense un pago de 125.000 millones de francos CFA (US$ 199 millones) por impuestos atrasados. El gobierno también exige que Barrick cumpla con el nuevo código minero del país, que aumentó la participación del Estado en los ingresos mineros y eliminó las exenciones fiscales.
Loulo-Gounkoto
El complejo aurífero Loulo-Gounkoto, desarrollado durante el mandato del director ejecutivo Mark Bristow como director ejecutivo de Randgold antes de su adquisición por Barrick en 2018, es una piedra angular de la economía de Mali.
La minera con sede en Toronto detuvo las operaciones en su complejo Loulo-Gounkoto en Mali en enero, tras la incautación de existencias de oro, que posteriormente fueron transportadas en helicóptero a la Banque Malienne de Solidarité (BMS), propiedad del estado, en Bamako. Desde diciembre, el gobierno maliense, que posee una participación del 20 % en Loulo-Gounkoto, ha restringido las exportaciones de oro desde el sitio.
La semana pasada, Bristow había expresado optimismo sobre las conversaciones y señaló que la empresa estaba “logrando avances”. También reconoció que los acontecimientos no estaban avanzaban con la rapidez prevista.
Más detalles
En los últimos años, la cúpula militar de Mali ha introducido reformas radicales en el sector minero, adoptando una postura más estricta con los inversores extranjeros. Además de Barrick, otras empresas, entre ellas Resolute Mining y Allied Gold, han firmado nuevos acuerdos con la junta.
En los últimos 29 años, Barrick ha invertido más de US$ 10.000 millones en el país, lo que supone un aporte anual de entre el 5 % y el 10 % del PIB de Mali. Solo en 2023, la minera inyectó más de US$ 1.000 millones en la economía local.
El complejo minero también es un importante contribuyente y empleador, ya que el 97 % de su fuerza laboral de 8.000 personas está compuesta por ciudadanos malienses. Según Barrick, más del 70 % de los beneficios económicos generados por el complejo han ido directamente al estado maliense.