El hiperenfoque de Trump en los aranceles ha sacudido la confianza de los inversores, los consumidores y las empresas de manera que los economistas temen que pueda causar una recesión en Estados Unidos y una fuerte desaceleración de la economía mundial.
Reuters.- El aumento de los aranceles del presidente Donald Trump a todas las importaciones estadounidenses de acero y aluminio entró en vigor el miércoles, intensificando una campaña para reordenar el comercio mundial a favor de Estados Unidos y provocando rápidas represalias de Canadá y Europa.
La medida de Trump de aumentar las protecciones para los productores estadounidenses de acero y aluminio restablece aranceles efectivos del 25 % sobre todas las importaciones de los metales y extiende los aranceles a cientos de productos derivados, desde tuercas y tornillos hasta palas de bulldozer y latas de refresco.
El secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, dijo que nada podrá detener los aranceles y que Trump impondrá protecciones comerciales también al cobre.
Canadá, el mayor proveedor extranjero de acero y aluminio de Estados Unidos, anunció aranceles de represalia del 25 % sobre bienes que incluyen acero, aluminio, computadoras, equipos deportivos y otros productos por un valor total de 29.800 millones de dólares canadienses.
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El hiperenfoque de Trump en los aranceles desde que asumió el cargo en enero ha sacudido la confianza de los inversores, los consumidores y las empresas de manera que los economistas temen que pueda causar una recesión en Estados Unidos y una fuerte desaceleración de la economía mundial.
La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea encargado de coordinar los asuntos comerciales, respondió con rapidez, diciendo que impondría contraaranceles a bienes estadounidenses por valor de hasta 26.000 millones de euros (28.000 millones de dólares) -a menudo con un impacto más simbólico que económico- a partir del mes que viene.
China, Reino Unido y Australia
El Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo que Pekín tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar sus derechos e intereses, mientras que el secretario jefe del gabinete japonés, Yoshimasa Hayashi, afirmó que la medida podría tener un gran impacto en los lazos económicos con Washington.
Reino Unido y Australia, estrechos aliados de Estados Unidos, criticaron los aranceles generales, y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, dijo que la medida va «en contra del espíritu de la perdurable amistad de nuestras dos naciones». Sin embargo, ambos países descartaron la imposición inmediata de aranceles.
Los otros países más afectados por los aranceles son Brasil, México y Corea del Sur, que gozaban de cierto nivel de exenciones o cuotas.
Los 27 países de la UE se ven menos afectados, por ahora. El Instituto Kiel de Alemania calcula que la producción comunitaria sólo se verá afectada en un 0,02%, ya que «sólo una pequeña parte» de los productos afectados se exporta a Estados Unidos.
Las contramedidas de la UE incluyen el hilo dental, los diamantes, los albornoces y el bourbon, productos que también representan una pequeña parte de la gigantesca relación comercial entre la UE y Estados Unidos.
Sin embargo, el ministro francés de Asuntos Europeos, Benjamin Haddad, advirtió de que la UE podría ampliar su respuesta para incluir los servicios digitales o la propiedad intelectual.
Los mercados asiáticos y europeos operaban estables en general y las acciones estadounidenses abrieron al alza tras un informe que mostró un enfriamiento de la inflación, aunque luego declinaban. El desplome bursátil de marzo ha borrado todas las ganancias registradas por Wall Street tras la elección de Trump.
Las idas y venidas sobre los aranceles han dejado a las empresas desconcertadas, poniendo patas arriba sectores que van desde el automovilístico hasta el energético.
«Casi todo el mundo en la economía está luchando por comprender los salvajes cambios en las políticas de Washington y sus implicaciones para las decisiones cotidianas», dijo Stephen Dover, estratega jefe de mercado de Franklin Templeton.