MINERÍA. Unas 100 empresas del sector minero mejorarán su relación social y ambiental, asegura Minsur. La minera Minsur evaluará con apoyo de la CAF a unas 100 empresas proveedoras para mejorar el impacto social y ambiental de sus operaciones, a través del novedoso sistema B, que mide el éxito en base al bienestar de las personas, sociedades y naturaleza.
El banco de desarrollo de América Latina (CAF), Minsur y la organización internacional Sistema B firmaron un acuerdo de colaboración para implementar este plan piloto de evaluación.
De esta manera, Minsur, se convierte en la primera minera del Perú y del mundo que aplicará la metodología de Sistema B, que también medirá el impacto socio ambiental en su cadena de valor.
Hasta 100 compañías peruanas, entre grandes, medianas, pequeñas y micro empresas, se beneficiarán con este proyecto.
“Uno de los pilares en la sostenibilidad es la trazabilidad de los productos, que implica promover capacidades y estándares en la cadena de valor. De ahí la importancia de medir el desempeño de nuestros proveedores y contratistas”, señaló el director de Asuntos Corporativos de Minsur, Gonzalo Quijandría.
Actualmente, son más de 2,400 Empresas B a nivel global, de las cuales 350 se ubican en América Latina y 13 en el Perú (Amazonas Explorer, Creative Lab, Diversa, Hoseg, Inca Moss, Libélula, así como Natura Service, Pimalpaka, Recidar, Regalos Eco Textiles (RET), Valle y Pampa, Universidad de Ciencias Aplicadas (UPC) y XRunner).
CAF es aliado estratégico de Sistema B desde 2014 y apoya la profundización del movimiento B en Latinoamérica.
“Con esta iniciativa se destaca la misión de CAF como promotor del desarrollo sostenible en la región y particularmente en este país, a través de nuevas herramientas que mejoren el impacto social y medioambiental del sector privado”, resaltó la directora representante de CAF en el Perú, Eleonora Silva.
Innovación en desarrollo
Por su parte, el director de Sistema B Perú, Ian Sznack, manifestó que su organización propone una de las innovaciones jurídicas, sociales y económicas más prometedoras en lo que va del siglo: superar el paradigma tradicional de la búsqueda exclusiva de retorno económico, para buscar el impacto social y ambiental positivo, incluido en el contrato de constitución de la empresa.
“Este movimiento representa una oportunidad para que el sector privado contribuya significativamente al desarrollo de América Latina”, puntualizó.