Esta semana en Toronto, Canadá, se realizó una nueva edición del PDAC, el mayor evento minero a nivel mundial, a donde asistió una importante delegación peruana, conformada por representantes del sector público y privado, vinculados al sector.
En dicho evento, las principales jurisdicciones mineras mostraron ante los miles de inversionistas sus mejores atributos con el objetivo atraer la mayor cantidad de capitales a sus respectivos territorios. Nuestro país no fue la excepción.
En el caso peruano, uno de los anuncios más significativos lo brindó la flamante ministra de Energía y Minas, quien dio a conocer las modificaciones que se están planteando al Reglamento de Protección y Gestión Ambiental para las actividades de explotación, transporte, almacenamiento minero y beneficio (Nº 005-2020-EM).
Así también, la titular del Minem se refirió a los cambios estimados al Reglamento de Protección Ambiental en Exploración Minera, que apuntan a optimizar los procedimientos administrativos y agilizar el flujo de inversiones en este rubro, tan golpeado en los últimos años (RM N° 071-2020-EM). En el 2019 las inversiones en exploración cayeron 13.6%.
Y es que las barreras burocráticas latentes no solo restan competitividad a nuestra industria minera, como señala el Índice de Competitividad Minera, presentado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, sino también podrían alejar a los potenciales inversionistas de nuestro país.
Por el contrario, una mayor predictibilidad y procesos más ágiles contribuirían a la llegada de más inversiones, sobre todo de aquellas destinadas a la búsqueda de nuevos yacimientos. Las exploraciones son la única manera de darle continuidad a nuestra industria minera.
En este punto es importante destacar el aporte de las inversiones mineras que empujaron el crecimiento de nuestra economía en los últimos años. Estas representan más del 13% de la inversión privada y son fundamentales en coyunturas adversas como la actual, bajo la incertidumbre del coronavirus.
Sin embargo, debemos mencionar también que desde el 2018 solo tres proyectos (Quellaveco, Mina Justa y Ampliación Toromocho), que van culminando su construcción, vienen sosteniendo las inversiones mineras. Estamos finalizando el primer trimestre del 2020 y aún el escenario es incierto para las inversiones mineras.
Esta situación nos preocupa sobre manera, puesto que proyectos mineros como Pampa de Pongo (Arequipa) y Michiquillay (Cajamarca), cuya construcción estaba programada para que iniciar entre este año y el 2023, podrían demorar un tiempo más, según informaciones publicadas en un medio de comunicación nacional.
En ese sentido, esperamos que los anuncios dados por el gobierno peruano recientemente en el PDAC 2020 se cristalicen y nos permitan atraer más inversiones, así como impulsar nuestras carteras de proyectos mineros, tanto de exploración como de construcción. Nuestro país lo necesita.