¿Qué análisis hace la SNMPE sobre la tendencia en el desarrollo de proyectos mineros en el Perú?
En lo que respecta a la puesta en marcha de minas, lo que vemos es una tendencia positiva explicada por tres grandes proyectos: Quellaveco, muy importante para el desarrollo cuprífero peruano; seguidamente tenemos a Mina Justa y el tercero es la Ampliación de Toromocho.
Estos tres proyectos en conjunto explican el crecimiento que ha tenido el Perú el último año en materia de inversión minera. Son proyectos que se iniciaron en el 2018 y que seguramente se concluirán a fines de este año o en el primer semestre del próximo. Ahí tenemos una tendencia positiva.
¿Considera que se pondrá en marcha la construcción de los seis proyectos mineros que prevé se desarrollen este año el Ministerio de Energía y Minas?
La cartera del Ministerio de Energía y Minas (Minem) para este año da cuenta de seis proyectos adicionales que alimentarían el crecimiento de inversión minera. Nosotros tenemos dudas respecto a los tiempos [de inicio de ejecución] de alguno de ellos.
Tenemos a la integración Coroccohuayco, el cual está entrampado en la consulta previa; Corani, en Puno, actualmente viene cerrando financiamiento; Yanacocha Sulfuros todavía no termina sus estudios definitivos, los cuales deben ser aprobados por su Directorio; Inmaculada tiene temas con la consulta previa, al igual que San Gabriel. No es claro que este paquete de seis proyectos mineros vaya a rendir el fruto que espera para este año el Ministerio, salvo que hagamos un esfuerzo significativo para agilizar los plazos y simplificar los trámites.
Entonces, ¿cuáles son las perspectivas que tienen como SNMPE respecto al desempeño del sector minero para este año?
De preocupación, motivada por la tendencia a la desaceleración que viene evidenciándose desde el año pasado y por la agudización de la ralentización como producto fundamentalmente de las dinámicas generadas por la crisis del coronavirus, que ya tiene un impacto depresivo a nivel mundial.
Esto ya se traduce en una reducción significativa en la demanda, que a su vez genera una reducción en el precio
de nuestros principales productos de exportación, principalmente en el cobre, el cual ya empezó a sentir un vivo golpe, sobre todo en enero, donde vemos una caída de alrededor de ocho puntos porcentuales en el valor de las exportaciones, explicado fundamentalmente por una reducción en los volúmenes.
En este contexto, el oro viene repuntando en precio. ¿Qué tan beneficioso es para el Perú?
En el caso del oro ocurre todo lo contrario. Vemos una dinámica positiva, ya que el oro es un activo de refugio en situaciones inciertas. Lamentablemente, en el Perú, lo que hemos visto en los últimos años es que producto de la no ejecución de los importantes proyectos auríferos que teníamos, en este momento vemos una reducción en la producción peruana de oro, que, sin embargo, se ve compensada con el aumento de su precio. Entonces, la pregunta que deberíamos hacernos es ¿qué hubiera sucedido con
el país si llevábamos a buen puerto las inversiones que teníamos en proyectos auríferos? La respuesta sería que hoy en día estaríamos experimentando esta tendencia negativa en el mercado del cobre, pero tendríamos la compensación con la creciente venta de oro.
Lo que tenemos hoy en día es un repunte en el valor de la exportación de oro, pero no porque producimos más sino porque los precios son bastante más altos, casi US$ 1,650 la onza de oro. [de concretarse los proyectos auríferos] Hubiéramos tenido ambos motores prendidos.
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