Por: Ing. Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú
Luego de dos meses de paralización, nuestro sector minero reiniciará sus operaciones de forma progresiva, sumándose a la urgente reactivación económica que necesita nuestro país para afrontar los estragos que viene ocasionando la pandemia del Covid-19.
Esta primera fase de reactivación será encabezada por las unidades de operación consideradas de gran minería, que generarán alrededor de 70 mil empleos a nivel nacional, dinamizando no solo los encadenamientos productivos, sino también las economías locales, que beneficiarán a cientos de miles de familias peruanas.
Vale apuntar que durante esta cuarentena la industria minera en general tuvo que establecer cuadrillas de trabajo para realizar actividades críticas, las cuales le ayudaron a generar un importante conocimiento que ha sido incorporado en sus planes de seguridad y salud ocupacional para garantizar el cuidado de sus trabajadores.
Ello, sin duda, le servirá también para adaptarse rápidamente a los estrictos protocolos dispuestos por el Minsa y el Minem. Actualmente alrededor de 40 unidades mineras presentaron sus planes y/o protocolos de emergencia ante dichos ministerios para reiniciar operaciones. Once de ellas estarán iniciando actividades en breve.
Vemos también que la mediana minería viene gestionando su retorno. Asimismo, gobiernos regionales como el de Áncash, ya tienen listos protocolos para prevenir y enfrentar esta pandemia en la pequeña minería y minería artesanal. Cabe destacar que estos dos últimos tipos de minería son regulados por el Minem y los gobiernos regionales.
Todos estos esfuerzos deben potenciarse para poder contribuir y mitigar los impactos que nos dejará esta pandemia. Algunos especialistas señalan que esta coyuntura no solo hará retroceder el crecimiento de nuestro PBI, sino que también incrementará la pobreza en ocho puntos porcentuales, de un 20% a 28%.
En ese sentido, la reactivación de nuestra minería deberá realizarse de una manera mucho más ágil. Tomando en cuenta la experiencia ganada por nuestro sector en estos días sobre gestión del personal, consideramos que se podrían acortar las fases de su retorno, tal vez de 30 a 15 días. Es una reflexión que esperamos el gobierno la evalúe.
Y somos conscientes que en este proceso será vital reforzar nuestra comunicación para dar a conocer los estrictos protocolos que venimos implementando para garantizar el cuidado tanto de nuestros trabajadores como el de la población. La generación de confianza será imprescindible para avanzar.
(Foto Referencial)