Los nuevos parques solares y eólicos pronto costarán menos que muchas de las centrales eléctricas de carbón del mundo, y los gobiernos deberían invertir en ellas para impulsar las economías en medio del coronavirus, afirmó la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena).
Detalla que las plantas de carbón con una capacidad de hasta 1,200 gigavatios probablemente serán más caras de operar el próximo año que las nuevas plantas solares fotovoltaicas a gran escala por lo que aconseja a los países que frenen su uso de combustibles fósiles.
«Las energías renovables deben ser la columna vertebral de los esfuerzos nacionales para reiniciar las economías a raíz del brote del covid-19», dijo el director general de la agencia con sede en Abu Dhabi, Francesco La Camera.
Punto de inflexión
«Hemos alcanzado un importante punto de inflexión en la transición energética», enfatizó de acuerdo con el portal Bloomberg Green.
De este modo, comentó que reemplazar 500 gigavatios de plantas de carbón de alto costo con parques solares y eólicos reduciría las emisiones de carbono en aproximadamente 1.8 gigatoneladas, equivalentes al 5% de las emisiones de CO2 durante el 2019.
Además, ahorraría a los consumidores miles de millones de dólares, de acuerdo con la Irena.
Cabe mencionar que la energía generada por el carbón proviene principalmente de los Estados Unidos, China, India, Polonia, Alemania, Corea del Sur y Ucrania.
Costos a la baja
La Irena prevé que el costo de la instalación de energías renovables continúe disminuyendo durante el próximo año, a 0.043 dólares kilovatios/hora para la energía eólica terrestre, un 18% menos que en 2019, y a 0.039 dólares/kWh para grandes plantas fotovoltaicas, un 42% menos que el año pasado.
«Los resultados de la subasta muestran que esta tendencia se está acelerando, reforzando el caso para eliminar el carbón por completo», subraya el organismo internacional.
Aún así, la investigación de la Agencia Internacional de Energía sugiere que la nueva energía proveniente de la fuente eólica y solar caerá este año por primera vez en dos décadas, ya que el cierre de fábricas demora la construcción de instalaciones renovables.
El costo de la energía solar y eólica podría ser consistentemente más barato que los suministros convencionales para el 2030, había señalado la Irena en enero de este año.
La tendencia se debe en gran medida a los avances tecnológicos y la creciente escala de los proyectos. La energía fotovoltaica ha visto una disminución del 82% en los costos desde 2010 y la energía eólica en tierra del 39%, según la Irena.