Rubén Arratia, experto en Economía de Minerales de la consultora Wood Mackenzie, sostuvo que el Perú es uno de los pocos países donde el 50% de las utilidades que generan las empresas mineras regresan a las regiones donde se encuentran las operaciones. “Prácticamente las regiones ya son codueñas de las operaciones”, indicó.
También dijo que se tenía que confiar en las empresas para hacer política minera, de lo contrario la política minera se basará en el control y lo único que se generará será hacer perder competitividad a las empresas mineras. Esto lo manifestó durante su participación en el jueves minero, organizado por el Instituto de ingenieros de Minas del Perú (IIMP), donde también participaron los exviceministros de Minas, Ricardo Labó y Augusto Cauti.
A su turno, Cauti señaló que el Estado debe tener un rol de promotor e impulsor del sector minero; y sugirió necesario una gobernanza de los recursos naturales. “En el Perú se requiere definir una política de gobernanza de los recursos naturales, donde se integren la minería y las otras actividades económicas”, opinó Augusto Cauti.
Otro tema que se evaluó en la última edición del Jueves Minero virtual fue el relacionado con el costo de la energía eléctrica, índice en el cual el Perú mantiene un nivel competitivo frente a Chile, pero que requiere una pronta atención frente a una potencial reducción de las leyes mineras.
“Cuando las leyes están bajando se pierde competitividad. Si bien gran parte de la reducción de costos depende de las empresas, también debe venir por parte del Estado; por ejemplo, a través de una energía barata, factor que es fundamental para ser competitivos”, planteó el experto de Wood Mackenzie.
En esa misma línea, Ricardo Labó planteó la necesidad de desarrollar más centrales hidroeléctricas y de gas con la finalidad de atender la demanda.
“A partir de 2025, o quizás antes debido a unos cambios regulatorios que podrían darse este año, la demanda de energía eléctrica va a cubrir una oferta no eficiente; es decir, se tendrán que prender plantas a diésel y a carbón. Ese factor competitivo podría terminar muy pronto por no dejar que el mercado funcione”, subrayó Ricardo Labó.
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