Fue una de las conclusiones del taller “Propuestas de Desarrollo Regional Post COVID-19”, realizado en el marco de la antesala al I Congreso de Competitividad Minera y Sostenibilidad Social, evento virtual que se realizará del 12 al 16 de octubre de 2020.
Claudia Cooper, miembro de la Comisión Organizadora del I Congreso de Competitividad Minera y Sostenibilidad Social y presidenta de PERUMIN del BICENTENARIO, fue la encargada de presentar las conclusiones del taller “Propuestas de Desarrollo Regional Post COVID-19”, evento que realizado como antesala al I Congreso de Competitividad Minera y Sostenibilidad Social.
Así, sostuvo primero se necesita resolver el problema de la pandemia, para asegurar la recuperación de nuestra economía. No obstante, indicó que hoy corresponde encontrar caminos para empezar a reactivar, para restituir esos activos y la capacidad financiera perdida.
“Con un Estado disminuido por la crisis, no habrá mucho espacio para la política fiscal. Además, enfrentaremos un déficit muy alto y una deuda también creciente. Incluso, la política monetaria tampoco será tan efectiva en la medida en que las tasas de interés permanezcan prácticamente en cero. Pero esto no ocurre solamente en el Perú, es un problema global. Las empresas y los gobiernos en el mundo tienen que restituir su capacidad fiscal, por tanto, la recuperación global también va a ser lenta”, señaló.
Añadió que no podemos pensar únicamente en el apoyo del Estado para generar una recuperación firme. “Necesitamos de la inversión privada y, en el Perú, todos sabemos que la minería, no solo es la fuente principal de inversión privada, sino también una importante promotora de infraestructura”, indicó.
Para Claudia Cooper también es urgente que mejoremos nuestra competitividad; caso contario, no solamente podemos perder la categoría de “país emergente”, sino que quedaremos entrampados con el rótulo de “país de mediano ingreso”.
“Para ganar competitividad requerimos medidas transversales. Aparece entonces el tema de la infraestructura, como principal instrumento para reducir las enormes brechas de servicios básicos en las zonas de desarrollo minero”, sostuvo.
También mencionó que durante el evento se destacó la necesidad de contar con medidas sectoriales referidas a la actividad minera ꟷdada su importancia como actual motor de la economía peruanaꟷ y a los sectores turismo, agricultura y forestal, pues necesitamos reactivar un plan de inversión productiva.
“En el caso minero, precisamos de una política sectorial eficaz moderna y actualizada que facilite, además de la competitividad, una política de desarrollo territorial. En ese último aspecto, los gobiernos regionales tienen el liderazgo absoluto. Son ellos los que tienen que hacer el plan y decidir su futuro para que, bajo ese liderazgo, se articule el plan del Estado peruano”, expuso Claudia Cooper.
En el marco del desarrollo productivo de las regiones, en el taller se destacó que el sector minero impulsará el desarrollo y la competitividad de las pequeñas y medianas empresas. “Es muy interesante todo lo que se ha dicho sobre la importancia del turismo, de una ruta tecnológica para los proveedores mineros ꟷalgo que el BID ya viene trabajandoꟷ, y será muy importante, además, que el sector minero atienda a la diversificación productiva al interior de cada región”, resaltó.
De igual manera, recordó que los representantes del BID, del Ministerio de Economía y Finanzas; así como los gobiernos regionales propusieron diversas medidas:
- Definir, de manera articulada con el gobierno nacional, un portafolio de los principales proyectos de inversión pública que requieren financiamiento, esto es, un plan nacional de infraestructura, que articule a las regiones.
- Crear instrumentos de inversión pública de rápida ejecución, como por ejemplo los instrumentos de inversión en nuevos proyectos de optimización, de ampliación marginal y de rehabilitación de reposición, que ya está trabajando el MEF. Serán muy útiles, básicamente, porque se pueden hacer con rapidez y mostrarán que ya se está avanzando.
- Generar proyectos intensivos en mano de obra, utilizando los núcleos ejecutores: limpieza, canales de regadío, mantenimiento.
- En relación con proyectos de inversión más ambiciosos, el viceministro de Economía habló también de un nuevo modelo de ejecución de inversión pública, una metodología BILL, a la que se debe prestar atención. Están también los instrumentos de APP, de gobierno a gobierno, OXI, administración directa y los proyectos especiales. Es decir, existe un menú de opciones que se pueden utilizar para diferentes tipos de proyectos y para agilizar soluciones en lo que se refiere a infraestructura, tema en el que se ha venido avanzando muy lento en los últimos años.
“Pero los proyectos no se van a poder hacer si no hay dinero, por ello, el tema de financiamiento es muy importante. Tenemos convenios con diferentes sectores del gobierno nacional, en consecuencia, sería posible usar recursos del Estado para proyectos que articulen la región con el contexto nacional, o usar los fondos de la reconstrucción. Para ello, es imprescindible una coordinación intraestatal y una articulación público-privada. Se ha mencionado eso también. Si no se articula, va a ser muy difícil sacar los proyectos adelante”, enfatizó.
MÁS RECURSOS Y PRECIOS
Un tema que se analizó en el taller fue el de los nuevos recursos que pueden llegar con un entorno de buenos precios. De acuerdo con los participantes, el próximo año es probable que el país obtenga importantes recursos provenientes de la minería, gracias a los buenos precios del oro y del cobre.
Sobre este punto, Claudia Cooper comentó que la idea sería apalancarse. “Usar esos recursos con garantía a través del Banco de la Nación o de préstamos multilaterales con garantía estatal. Tendremos recursos multiplicados, si logramos apalancarlos y conseguir otros mayores destinados a desarrollar proyectos un poco más grandes”, opinó.
De igual forma los ponentes mencionaron un interesante portafolio de inversión privada, con el cual se podría llevar adelante la ambiciosa gestión planteada por los gobernadores regionales.
Así, se consideró necesario tener un modelo para generar esos proyectos de manera sostenible y orientada al desarrollo social en las regiones del Perú. Dentro de ese concepto, Claudia Cooper anotó que hay un consenso de que la minería es fuente de desarrollo económico, lo que resulta clave para la reactivación y desarrollo de las regiones; lo cual se concretará a través de la generación de empleo directo e indirecto dentro de las regiones y el facilitar el acceso a recursos financieros, los que, a su vez, promueven estabilidad macroeconómica.
“El problema es que se históricamente se han presentado algunas consecuencias involuntarias no deseables, que es preciso corregir. Primero, hemos tenido cierto descontento por el desplazamiento de comunidades. Se presentaron también preocupaciones ambientales, un modelo de descentralización que generó división en las comunidades y en las regiones por el acceso a los recursos, y algunos temas municipales que hicieron muy complicado desarrollar infraestructura con proyectos más rápidos. A ello se sumaron, a manera de amplificadores, problemas de corrupción, de ineficacia en la regulación y de diálogo insuficiente”, manifestó.
En ese sentido, recapituló que una de las propuestas planteada en el taller apunta hacia un tema medular; y es un acuerdo entre tres entidades importantes: el Estado, en la gestión del gasto y como garante del cumplimiento de las normas y acuerdos; la empresa privada, que tiene que trascender la mera explotación de los recursos y generar inversiones sostenibles, incorporando la ASG ambiental, social y de gobierno corporativo en las empresas mineras; y las comunidades, que deben incorporar a todos sus stakeholders: frentes de defensas, rondas campesinas, agricultores, ganaderos y artesanos.
En seguida, Claudia Cooper planteó que la necesidad de tener una visión de la minería hacia el 2030, garantizada por una comunicación continua y preventiva entre estas tres entidades: Estado, empresas y comunidades; así como un plan de desarrollo territorial, que sea sostenible.
Añadió que para lograr todo ello se necesita trabajar capacidades de gestión estratégicas, mejorar nuestra política de gestión de personas y la asistencia técnica para desarrollar capacidades y aplicar de la manera más eficiente posible estos mecanismos de ejecución y seguimiento de inversiones.
“Hay que lograr la excelencia en cuanto a gobernanza institucional, tema en el que el BID ha planteado la posibilidad de ayudar. Necesitaremos también un mejor manejo de la información, con transparencia y rendición de cuentas. Finalmente, está claro que todo esto va a ser posible si promovemos un crecimiento acelerado de la innovación tecnológica, tema en el que el presente contexto de pandemia abre una oportunidad”, resumió Claudia Cooper.