Ecuador está sentando las bases para un crecimiento del 15% de la energía solar fotovoltaica en la próxima década, según informa la empresa de datos y análisis GlobalData.
El país está dando actualmente sus primeros pasos hacia las energías renovables no tradicionales, en particular el despliegue de la energía solar fotovoltaica. La empresa fotovoltaica solar Conolophus y la planta fotovoltaica El Aromo de 200 MW, que será la más grande del país, se pondrán en marcha en los próximos años.
Las proyecciones indican que las instalaciones anuales deberían acelerar su ritmo cada año a partir de 2023, para llegar al menos a 250MW y potencialmente a 450 MW para 2030, según indican diferentes escenarios.
«A partir de 2019, con una capacidad instalada de 26,7 MW, la energía solar fotovoltaica constituía una parte insignificante de la combinación de capacidades de Ecuador», comenta Somik Das, analista principal de energía de GlobalData.
«A continuación, GlobalData señala que se prevé que el crecimiento de la capacidad solar se amplíe y que la capacidad instalada acumulada sea superior a 4 GW para 2030».
GlobalData señala que en el escenario más pesimista, el crecimiento del segmento solar de Ecuador durante la década se sitúa en torno al 8-9%.
Este escenario destaca un crecimiento extremadamente desviado del segmento solar en el país, lo que significaría que el segmento sería considerablemente más pequeño comparado con las otras tecnologías hasta alrededor de mediados de la década.
Se espera que la empresa de energía solar fotovoltaica Conolophus entre en funcionamiento en 2023, aunque el plazo oficial se anunciará en febrero de 2021.
Más allá de esto, otras adiciones de capacidad se encuentran en la zona gris. Si las autoridades aplican políticas favorables, el crecimiento de la energía solar fotovoltaica podría ser bastante prometedor, dice GlobalData.
Sin embargo, COVID-19 ha provocado el retroceso de los plazos del proyecto El Aromo y, con optimismo, podría entrar en funcionamiento en 2025, aunque otros retrasos podrían prolongarlo un año más.
El espacio energético de Ecuador ha estado dominado durante mucho tiempo por la energía hidroeléctrica y la generación basada en el petróleo. Según los últimos datos de la IRENA (para 2017), casi el 80% del suministro de energía del país provenía del petróleo y alrededor del 16% de las energías renovables, con casi todo ello procedente de la hidroeléctrica complementado con un pequeño aporte de la bioenergía.
Si bien la energía solar fotovoltaica es un área clave de la combinación de energías de Ecuador que tiene potencial de crecimiento, GlobalData prevé que la energía hidroeléctrica representará más del 65% del suministro de energía en 2030.
La generación basada en el petróleo ocupará el segundo lugar. Tanto el potencial eólico como el de biomasa son limitados, según los datos de la IRENA.