La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) informó que está disponible el informe “Consumo de energía de la minería del cobre al año 2019“, el que se basa en los resultados de la Encuesta Minera de Producción, Agua y Energía (EMPAE), aplicada anualmente por la entidad a las operaciones mineras de cobre del país.
Considerando un total de 56 operaciones mineras, entre las que se encuentran gran y mediana minería, fundiciones y refinerías, en 2019 llegó al 98% de la producción de cobre nacional, específicamente 94,8% de la producción de cátodos electro obtenidos y 99,2% de la producción de concentrados.
«Lo anterior corresponde a un porcentaje notablemente alto de cobertura, demostrando el esfuerzo minero en responder este año debido a circunstancias derivadas del Covid-19, evidenciando aún mas el compromiso consolidado de la gran minería y a la profundización de los vínculos con la mediana minería del cobre», se lee en el informe.
Al 2019, la industria minera del cobre, en Chile, tuvo un consumo total de energía de 175.134 TJ, lo que representa alrededor del 14% del consumo agregado del país. De este total, 89.769 TJ son de la energía eléctrica y 85.365 TJ por consumo de combustibles.
Si bien a nivel general los consumos de electricidad y combustibles son relativamente similares, a nivel de procesos varían significativamente. Los tres más intensos en demanda energética son la mina rajo con 72.878 TJ que representa el 42% del consumo energético total, le sigue el proceso de concentración con 49.552 TJ (28%) y el proceso de Lixiviación con 22.390 TJ (13%). Para el caso del consumo de combustibles, la mina rajo se lleva el 80% del total, seguido por fundiciones con un 7%. Para el consumo eléctrico en cambio, el proceso de concentradora es la fuerza dominante con un 53%, seguido de la electro-obtención con un 21%.
A nivel regional, Antofagasta es por lejos la región con mayor consumo energético tanto en combustibles (50 mil TJ, equivalente al 58,9% del total durante 2019) como en electricidad (49 mil TJ, equivalente al 54,6% del total). La región de Atacama por su parte cuenta con una participación del 11,2% del consumo energético total, las regiones de Coquimbo y Valparaíso en conjunto con el 12,4%, las regiones de O’Higgins y Metropolitana con el 10,5% y la región de Arica y Parinacota con un 9,1%.
En relación al consumo por tamaño, la gran minería privada del cobre fue responsable de alrededor dos tercios del consumo tanto de electricidad como de combustibles durante el año 2019, mientras que la gran minería estatal, representada por Codelco, representa el 27% de combustibles y electricidad respectivamente. La mediana minería privada por su parte es responsable del 3% de combustibles y electricidad respectivamente, en tanto la mediana minería estatal es responsable del 1% de combustibles y electricidad respectivamente.
Por último, en relación a los gastos por energía, vemos que el consumo eléctrico constituye la principal fuente de gasto con USD 2.339 millones frente a los USD 1.031 millones del costo asociado al consumo de combustible durante 2019, es decir, prácticamente 2 veces más. En suma, se estima que el consumo energético representa entre un 14% (electricidad 9% y combustibles 5%) de los costos de la minería del cobre en Chile. Los resultados de este trabajo evidencian que la minería del cobre continua enfrentando requerimientos energéticos crecientes, por temas estructurales como el envejecimiento de las minas, el endurecimiento de la roca, la caída de las leyes de cobre, como por temas productivos y la tendencia hacia la producción de concentrados y la mayor necesidad de agua lo que implica la construcción de plantas desalinizadoras y la impulsión de agua de mar (desalinizada o directa).
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