El titular del área atribuyó esta caída a la escasez de combustible que afecta al país.
La producción minera en Bolivia ha sufrido una drástica reducción del 50% en empresas tanto públicas como privadas, según informó este lunes el ministro de Minería, Alejandro Santos.
El titular del área atribuyó esta caída a la escasez de combustible que afecta al país, la cual ha generado graves dificultades en el suministro de diésel y gasolina, insumos esenciales para la operación de la industria minera.
“Hemos tenido percances en la producción de hidrocarburos, seguramente nuestro ministro del área va a estar informando, y es cierto que ha faltado este material que es tan importante, el diésel, la gasolina… Al 50% ha rebajado el trabajo en las privadas y también en las públicas”, declaró Santos durante una conferencia de prensa.
Desabastecimiento generalizado
La escasez de combustible, que ha derivado en largas filas en las estaciones de servicio y un desabastecimiento generalizado, no solo ha impactado a la población, sino también a sectores clave de la economía, como la minería.
Este sector, uno de los pilares de la economía boliviana, enfrenta ahora un panorama crítico que podría agravarse si no se resuelve la falta de insumos en el corto plazo.
Ante esta situación, la Federación Nacional de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin) emitió un ultimátum al Gobierno el pasado viernes 14 de marzo.
La organización dio un plazo de 72 horas al presidente Luis Arce Catacora y a su gabinete para resolver la crisis de combustibles, advirtiendo que la problemática está afectando gravemente a sus operaciones y a la economía del país.
Soluciones
En respuesta, el ministro Santos convocó a los representantes de Fencomin a una reunión este martes a las 8:30 en La Paz, con el objetivo de analizar la situación y buscar soluciones conjuntas. Sin embargo, la presión sobre el Gobierno sigue en aumento, ya que la escasez de combustible no solo ha paralizado parcialmente la minería, sino que también ha generado pérdidas en otros sectores productivos y ha afectado el abastecimiento de alimentos y el transporte en todo el país.
La crisis minera se suma a un escenario económico ya complejo, marcado por la depreciación del boliviano, la falta de dólares y una inflación creciente. La caída del 50% en la producción minera representa un golpe severo para las arcas del Estado, que depende en gran medida de los ingresos generados por este sector.
Mientras tanto, la población y los sectores productivos esperan respuestas concretas del Gobierno para superar esta crisis. La reunión entre el Ministerio de Minería y Fencomin podría ser un primer paso, pero la solución definitiva requerirá medidas urgentes y eficaces para garantizar el suministro de combustibles y reactivar la economía.