El presidente López Obrador mencionó el abastecimiento de agua para las futuras instalaciones de la firma de autos como una condición importante para definir el destino de la inversión.
Reuters.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo el lunes que quiere analizar con el fabricante estadounidense de vehículos eléctricos Tesla cuál es la mejor localización para una esperada inversión en el país, conforme a un «crecimiento ordenado» del territorio nacional.
El mandatario anunció que próximamente hablará con directivos de la empresa, sin ofrecer más detalles, después de que el viernes el canciller Marcelo Ebrard señalara que el gobernante iba a conversar con el máximo ejecutivo de Tesla, Elon Musk.
«Tenemos que buscar opciones alternativas y no actuar de manera irresponsable», dijo el presidente en su conferencia diaria, y advirtió que el estado norteño de Nuevo León, uno de los lugares al que podría llegar la inversión, tiene mano de obra calificada pero sufre carencias en el suministro de agua.
López Obrador, conocido con el acrónimo AMLO, anunció a principios de mes que Tesla tenía dos opciones para instalarse en México -en el centro o el norte- después de que a fines del año pasado medios locales informaron que la compañía edificará una planta en Nuevo León, fronterizo con Estados Unidos.
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El lunes, no obstante, AMLO mencionó el abastecimiento de agua para las futuras instalaciones de la firma de autos como una condición importante para definir el destino de la inversión.
«Lo único que queremos hablar con los directivos de esta empresa es que queremos ordenar ese crecimiento», explicó.
Al ser consultado por un periodista sobre la posibilidad de que la compañía estadounidense se instale en estado central Hidalgo, en un área próxima al nuevo aeropuerto de la capital, una obra impulsada en su gestión, dijo que «podría ser una opción», pero también más al sur.
«No solo es Hidalgo. El 70% del agua del país, hay que decirlo, está en el sureste», añadió. Los principales proyectos de infraestructura de la actual administración, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, se han desarrollado en ese área, más pobre y menos industrial que la franja norte nacional.
En los últimos años, México ha sido visto como el destino ideal del «nearshoring», la práctica de mudar las fábricas del país de origen a uno cercano más barato, pero los inversores han encontrado un motivo de preocupación en el suministro de energía y la interferencia política, según analistas.