En 14 regiones del país, se ejecutaron construcción de qochas, zanjas y reforestación, entre otras iniciativas, fomentadas también por la minería peruana.
La gestión del agua se ha convertido en un punto clave para la construcción de una relación armoniosa entre la minería, la agricultura y la ganadería. Así, desde hace más de 20 años, cientos de comunidades de las zonas altoandinas han logrado rescatar técnicas ancestrales para conservar el recurso hídrico necesario para abastecerse durante el tiempo de sequía.
En 2017, tras la conformación de la unidad ejecutora Sierra Azul, adscrita al Ministerio de Agricultura, se rebautizó ‘oficialmente’ esta práctica como ‘siembra y cosecha de agua’.
Esta denominación proviene de la propia práctica: las comunidades aplican diversas técnicas –como la reforestación con plantas nativas, pastos, zanjas de infiltración o la construcción de qochas en las cabeceras de cuenca- para que el agua de la lluvia se infiltre (siembra) a la capa feátrica de los cerros y luego se deposite en los acuíferos, ojos de agua o humedales.
El siguiente paso es la cosecha del agua que, una vez almacenada, se conduce a los campos a través de sistemas de riego o microreservorios.
“Hemos juntado la tecnología ancestral con la actual, a través de la construcción de qochas con núcleos de arcillas y piedras, y la implementación de un dique y una válvula de control de agua para preservar el área de humedales, que permita el pastoreo de las alpacas”, explicó a La República la ingeniera Tulia García, directora del Centro de Desarrollo Agropecuario-CEDAP en Ayacucho, donde han logrado ejecutar 41 proyectos bajo la metodología pachamamanchikta waqaychasun (cuidemos nuestra madre tierra).
Inversión
Según el programa Sierra Azul, entre el 2017 y junio del 2021, se han invertido, desde el gobierno central, S/ 101 millones 515.842 soles en la construcción de qochas, zanjas de infiltración, así como de reforestación en 14 regiones del país, entre ellas, Lima, Ayacucho y Cusco, beneficiando a 15.520 familias en situación de pobreza y extrema pobreza.
Pero también hay proyectos financiados con recursos de los gobiernos locales. Una de estas experiencias es la ejecutada en la Municipalidad Distrital de Colquepata, en Paucartambo (Cusco), donde se han instalado cuatro represas pequeñas, valorizadas cada una en S/ 300.000, y acumulan hasta 40.000 m3 de agua, que alcanza para regar ocho estadios.
“Cuando recién se le explica a la población sobre este proyecto ellos piensan que no va a funcionar, recién cuando empiezan a sentir el impacto de la siembra de agua tienen un mayor interés. En la región hay muchas localidades que están apostando por estas técnicas para el desarrollo rural”, dijo el ing. Cosme Checya al citado medio.
Efectivamente, al mejorar el ingreso económico y el acceso a un recurso indispensable para garantizar las siembras, más jóvenes que, durante la pandemia regresaron a sus comunidades, están apostando por quedarse y continuar con la actividad agropecuaria, pero en mejores condiciones.
Experiencia de Hudbay
Hudbay Perú que viene ejecutando importantes iniciativas con los comuneros de sus zonas de influencia en Chumbivilcas, Cusco, a 4500 metros sobre el nivel del mar.
En ese sentido, Iván Salas Aguilar, Supervisor de Planificación Ambiental y Sostenibilidad de Hudbay Perú, en el marco de Conferencias de Rumbo a PERUMIN, organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), resaltó los proyectos de bofedales.
“El plan de manejo de bofedales, como el de Cochapampa a 4220 msnm, cuenta con servicios de provisión de agua, refugio de especies de fauna, sitio espiritual, regulación del clima, captura de carbono y pastoreo”, destacó.
Acotó que en paralelo han ejecutado el proyecto de recuperación del servicio ecosistémico de regulación hídrica, que es básicamente cosecha de agua. “Actualmente nos brinda de reserva 3400 metros cúbicos de agua, donde antes no había nada y que es importante para la agricultura, ganadería y consumo humano”, dijo.
“Hemos ayudado a comuneros con imágenes de teledetección para que apuesten por las labores de siembra y cosecha de agua. En base al uso de esta tecnología, se ha identificado tres zonas potenciales de embalse; las lagunas de Pumacocha (44010 m3) y Saracocha (49018 m3) y la quebrada de Huamanhuire (49000 m3). Hudbay está presto para siempre apoyar técnicamente estas iniciativas”, enfatizó Salas.
Datos importantes
En junio del 2019, en el marco del segundo pleno agrario, el Congreso de la República declaró de interés nacional la siembra y cosecha de agua para asegurar el recurso hídrico en las partes altas y medias de las cuencas.
Los especialistas aconsejan optar por la captación del agua a través de la instalación de árboles nativos, pues ayudan a infiltrar el agua 16 veces más que los pastos, aunque estos últimos son necesarios para la alimentación de los animales.
40.000 metros cúbicos de agua almacenada alcanza para el riego de 8 estadios aproximadamente.