La minería peruana desarrolla sus actividades entre un escenario interno marcado por la desaceleración económica y una débil estabilidad política, y otro externo dominado por perspectivas de largo plazo más que favorables.
Diversos analistas han hecho notar la contradicción que existe entre el discurso del Gobierno y las últimas cifras que ha mostrado la economía. ¿Qué tanto de eso nos afecta como país? (N.de.R.: La entrevista se realizó antes de que el Gobierno admitiera que la economía del país se encuentra en recesión).
Mira, lo que le está pasando al Gobierno de la señora Boluarte en materia eco nómica es mala suerte. Y es que se ha encontrado con cuatro factores que son ajenos a su control y que han hecho que el año pasado crezcamos 2,7 mientras que, según los estimados que tenemos
en Macroconsult, este año creceremos menos del 0,2, lo que es un crecimiento negativo. Y ninguno de esos factores son su culpa.
¿Cuáles son?
Primero, el ‘Fenómeno del Niño’, que está ocurriendo y ha tenido efectos importantes en la pesca, en la que se han dejado de producir 2,000 millones de dólares en la primera campaña de anchoveta. Pero también en la segunda campaña agrícola por la sequía en el Sur, en la cual ha disminuido la producción de mango y arándanos de manera importante, pues estamos hablando de caídas de 40% respecto al año pasado.
Un segundo factor es la inflación, que es mundial y se ha comido los salarios, lo que ha hecho que haya menos gastos en otros productos.
El tercer factor, no menos importante, es lo que ha pasado en construcción, que por diversos factores el año pasado registró un récord histórico, ya que nunca en el Perú la construcción había sido tan alta como en 2022, al punto de que era imposible que este año esta crezca más que el año pasado, por lo que ese indicador igual iba a caer en el 2023.
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Y el cuarto factor es el tema de la lucha política, que se manifestó en el verano con movimientos en el sur que buscaban la caída del Gobierno, pero que no es esperable que se repita más adelante.
El Gobierno, entonces, no ha tenido responsabilidad en ninguno de esos cuatro factores, por lo que no hay que culparlo por lo ocurrido este año. En todo caso, lo que sí le podría reclamar es si no logra que el próximo año rebotemos, porque eso sí sería su culpa.
Lo que se ha advertido, sin embargo, es que esa rebaja en las proyecciones del crecimiento del PBI ha provocado también la caída en la confianza y las expectativas de los inversionistas internos. ¿Puede eso pasarnos la factura el próximo año y los siguientes?
Por experiencia sabemos que, cuando un país no crece, la inversión privada se contrae, pero también sabemos que eso puede cambiar muy rápido. Lo que yo creo, sin embargo, es que el próximo año vamos a rebotar de todas maneras; por lo que la pregunta más bien es si vamos a rebotar mucho o poco, pero vamos a rebotar. Y cuando eso ocurra, las expectativas también van a ir cambiando paripassu y van a reactivarse. No quiero decir que va a ser una fiesta de inversión, sino que será una salida más lenta, pero será una salida finalmente.
¿Cree entonces que esa situación se puede revertir rápidamente?
Sí, porque principalmente se debe al miedo de la gente al ‘Fenómeno del Niño’, lo que se manifiesta en las expectativas negativas para los próximos tres meses, pero creo que en enero o febrero esa sensación va a cambiar.
MINERÍA PERUANA: LOGROS Y TAREAS
Pasemos a hablar del sector minero. El Gobierno ha dado señales explícitas de su voluntad de apoyar a la minería decretando algunas medidas para remover las trabas que retrasan o impiden la concreción de los proyectos en el sector. ¿Qué opina de ellas?
Que están bien, pero no basta con dar algunas medidas, sino que debe garantizar que ellas funcionen. La ‘Ventanilla única’, por ejemplo, no basta, porque nada nos garantiza que, aunque ahora los trámites se hagan a través de una sola ventanilla, ellos duren menos que antes.
Lea la entrevista completa en nuestra edición 158 de Rumbo Minero, aquí.