Es la cifra más alta en lo que va del año, según el Minem.
Las transferencias de recursos generados por la actividad minera ascendieron a S/ 5031 millones, desde enero a setiembre de este año. Esta cifra es superior en 20.8% respecto a lo transferido en el 2020 (S/ 4164 millones).
Más aún, el Boletín Estadístico Minero (BEM) del Ministerio de Energía y Minas (Minem) destacó que el resultado al mes de setiembre del presente año se registró como el más alto desde el total anual del 2013, totalizando S/4548 millones.
Análisis por recurso minero
Analizando las transferencias económicas según recurso minero, la distribución por el concepto del Canon Minero alcanzó los S/ 2947 millones en el año 2021. Este monto es transferido a los gobiernos regionales y locales para la ejecución de proyectos públicos, y también se distribuyen a las universidades nacionales que son destinados para la inversión en investigación científica, tecnológica y de infraestructura.
Por su parte, las transferencias por Regalías Mineras Legales y Contractuales, al mes de setiembre, sumaron S/ 1880 millones. Asimismo, según el «Informe sobre la Gestión de Derechos Mineros de agosto de 2021 – INGEMMET» los recursos distribuidos por Derecho de Vigencia y Penalidad, ascendieron a S/ 204 millones al término del mes de julio de 2021.
Áncash, la que más recibe
En lo que respecta a las transferencias de recursos mineros por regiones, Áncash al ser una región tradicionalmente minera se mantuvo en la primera posición con S/ 1223 millones, lo que representa 24.3% del total.
La siguiente región es Arequipa, líder en producción de cobre, con un total de S/ 619 millones (12.3%) y en la tercera se posicionó Tacna con S/ 549 millones (10.9% del total).
De esta manera, la cantidad total de recursos provenientes por el subsector minero continúa siendo de gran ayuda hacia los gobiernos subnacionales, ya que permite el financiamiento de inversiones públicas en las regiones.
Por consiguiente, disminuye los niveles de pobreza, contribuye con la generación de empleos y mejora la calidad de vida de la población donde se desarrolla la actividad de explotación minera.