Se alienta a las compañías a reimaginar audazmente los sistemas, repensar las asociaciones, desbloquear capital de fuentes poco apalancadas y unir socios en torno a objetivos comunes para lograr impactos sostenibles en las comunidades.
Con el objetivo que las empresas mineras puedan lograr un impacto económico, social y ambiental duradero en las regiones donde operan, el International Council on Mining and Metals (ICMM) publicó recientemente un nuevo modelo de relacionamiento con un enfoque de crecimiento inclusivo para promover la resiliencia comunitaria.
De esta forma, alienta a las compañías a reimaginar audazmente los sistemas, repensar las asociaciones, desbloquear capital de fuentes poco apalancadas y unir socios en torno a objetivos comunes para lograr impactos sostenibles en las comunidades. En ese marco, el ICMM plantea cinco pasos para alcanzar ese propósito.
En primer lugar identificar de manera proactiva oportunidades inclusivas que generen un impacto significativo.
“Esto se relaciona con las prioridades sociales y ambientales de las comunidades, especialmente el empleo. Las oportunidades más prometedoras son aquellas que tienen un potencial de mercado real, socios compradores identificados, fuentes externas de financiamiento y, sobre todo, que se alineen con los objetivos y recursos de la comunidad”, precisa el documento.
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En segundo lugar, repensar el rol de la empresa minera y sus relaciones con otros socios, con el fin de catalizar el desarrollo de manera que reduzca la dependencia de la comunidad de la mina y permita una salida sostenible después del cierre.
“La consideración clave es cómo estructurar, administrar y financiar una cartera de oportunidades más prometedoras mientras se desarrolla la capacidad local”, detalla.
Como tercer paso, el ICMM recomienda liberar el capital de otras partes interesadas para garantizar el éxito del programa, la implementación de las instalaciones y el logro de resultados económicos y ambientales duraderos.
“El desafío es estructurar vehículos comerciales y financieros con la gobernanza adecuada para atraer otras fuentes de financiamiento, ya sean gubernamentales o privadas”, indica.
En cuarto lugar, sugiere gestionar el cambio para garantizar la responsabilidad y el beneficio de las diversas partes interesadas e inversores.
«La clave es alinear a todos los actores, especialmente a la comunidad, en torno a objetivos compartidos y medibles, y comunicar los resultados de manera transparente a todos los actores”, explica.
Finalmente, señala que conjugar estos pasos requiere un catalizador para unir de manera efectiva a las partes interesadas y organizar el capital en torno a oportunidades prometedoras.
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