A Apurímac habría dejado de ingresar unos 100 millones de soles, donde dos de cada diez personas aún viven en pobreza y donde de cada 100 soles, 70 son generados por la mina.
A poco más de un mes de la suspensión de Las Bambas, todos los servicios en conjunto habrían sufrido una pérdida económica de unos 300 millones de soles. Así lo calculó la Cámara de Comercio de Apurímac (CCA), añadiendo que lo más grave es que algunos proveedores estarían quebrar debido a las deudas con los bancos.
El presidente de la CCA, Edward Palacios, lamentó que el impacto es inmenso, pues casi toda la dinámica económica en Apurímac es por la minería.
El representante de los empresarios recordó que son cerca de 75 000 familias que dependen de la actividad minera en toda la región, brindando diversos servicios como restaurantes, hospedajes, lavandería, alquiler de vehículos, mantenimiento de maquinarias, comercio, entre otros.
“Me he comunicado con algunos empresarios y tenemos entendido que ya existen quiebres en hoteles, restaurantes y otros negocios”, señaló.
En tanto, la representante de los hospedajes del distrito de Challhuahuacho, Sandra Guzmán, señaló que al día perdían entre todos casi S/ 70 mil. Hoy la ocupabilidad de las camas es casi nula.
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Por su lado, el dirigente del Sindicato de Trabajadores de Las Bambas, Juan Carlos Huamán, dijo que es evidente que un 70% de la economía de Apurímac es por la dinámica que genera Las Bambas.
Explicó que solo en el campamento minero laboran cerca de nueve mil personas, de los cuales tres mil trabajan directamente para Las Bambas y el resto a través de distintas empresas tercerizadoras, pero además más del 50% toman los hospedajes en el propio Challhuahuacho.
Según el gerente del Instituto Peruano de Economía (IPE), Diego Macera, dos tercios del producto total de la región Apurímac, son por Las Bambas, que en el corto plazo tiene impactos en las familias, en los proveedores y en los recursos que no ingresarán a muchos servicios.
A Apurímac habría dejado de ingresar unos 100 millones de soles, donde dos de cada diez personas aún viven en pobreza y donde de cada 100 soles, 70 son generados por la mina.
