Artículo elaborado por SSAB.
Resistente en aplicaciones que requieren alta resistencia a la abrasión y al desgaste, el acero de alta resistencia Hardox® reduce los costos de mantenimiento, aumenta la vida útil del equipo y crea estructuras más ligeras: las placas más delgadas significan menor peso, mayor carga útil y mejor rentabilidad.
En las industrias del cemento, reciclaje, agricultura, alimentación y muchas otras, hay varios componentes que están sujetos a un desgaste abrasivo. Tales como astilladoras, martillos, tamices, trituradoras y amoladoras, sistemas de transporte y carga, entre otros.
Desde el punto de vista de la ingeniería de materiales, los aceros con microestructura compleja y alta dureza siempre son recomendables cuando se piensa en el desgaste abrasivo o la erosión. Los materiales con un mayor contenido de carbono, como el 1045, es una alternativa con una buena relación costo-rendimiento. O también, aceros que además de carbono tienen otros elementos de aleación, como el 4130 o el 4340, pero ya con mayor costo.
Pero todos los aceros con alto contenido de carbono, con o sin la adición de otros elementos de aleación, generalmente se suministran en estado recocido y requieren un tratamiento térmico de temple y revenido para obtener la dureza que necesitan estas industrias. Hardox® acero de alta resistencia, fabricado por la siderurgia sueca SSAB, ya es suministrado por el molino con la dureza de trabajo nominal, sin la necesidad de tratamiento térmico y tiempo de inactividad después de la TT, o costo de flete adicional.
Para satisfacer las diversas necesidades de los segmentos más variado, la familia de aceros Hardox ® tiene una dureza que va de 350 a 700 HBW, pero la dureza no es el único requisito de estos aceros. Hay versiones que han sido desarrolladas para aplicaciones específicas que combinan dureza con alta tenacidad, o resistencia a altas temperaturas, o resistencia a la corrosión.
El hecho de que el acero Hardox sea un material extremadamente limpio, libre de inclusiones, con su composición química bien controlada y propiedades mecánicas homogéneas a lo largo del espesor, su conformabilidad, soldabilidad y otras características necesarias para su procesamiento, hacen que su rendimiento en talleres sea superior al de los aceros tradicionales de baja aleación.