Autor: Rosa Altuna, Especialista Ambiental de Anddes
La minería ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo económico de muchas regiones del mundo y hoy en día, no se tiene una alternativa que reemplace la actividad minera, que juega un rol fundamental en la cadena suministro global de materiales e insumos necesarios para el desarrollo de todas las actividades del ser humano; es por ello que, se requiere incentivar una minería sostenible con responsabilidad ambiental y social, desde las primeras etapas del ciclo de vida minero, es decir desde su etapa de exploración.
Partiendo del Informe Bruntland (1987) que define por primera vez el concepto de desarrollo sostenible como “aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias” se ha buscado aplicar el principio de sostenibilidad a diferentes actividades económicas y la minería no ha sido la excepción, entendiéndose que la minería sostenible implica el desarrollo de esta actividad de manera responsable, equilibrando la necesidad de obtener materias primas con la protección del ambiente y la promoción del bienestar social de la población local.
Los esfuerzos a nivel nacional por una minería sostenible se manifiestan principalmente en la normativa ambiental minera, la cual incorpora altos estándares a fin de garantizar el desarrollo de la actividad minera de forma responsable con el ambiente y la sociedad, los cuales son incorporados en los instrumentos de gestión ambiental (IGA) elaborados para lograr la certificación ambiental de los proyectos mineros. Asimismo, la “Visión de la Minería en el Perú al 2030”, propone que “La minería en el Perú es inclusiva, está integrada social, ambiental y territorialmente, en un marco de buena gobernanza y desarrollo sostenible. Se ha consolidado como una actividad competitiva e innovadora y goza de la valorización de toda la sociedad” (MINEM, 2019). Conformando esta visión al 2030, en uno de los principales pilares para la transformación hacia una minería con un rumbo sostenible en el Perú.
La exploración corresponde a la primera etapa en el ciclo de vida de un proyecto minero, es el primer acercamiento con la población local y para su desarrollo requiere contar con una certificación ambiental (es decir, contar con un IGA aprobado), por ello es importante que se tome en consideración algunas prácticas responsables en esta primera etapa con la finalidad de encaminarse hacia una minería sostenible. Algunas de estas estrategias se muestran a continuación:
- Protección del recurso hídrico: Si bien en la etapa de exploración no se hace un uso excesivo del agua, se debe asegurar una gestión responsable de este recurso. Por un lado, tenemos los sistemas de recirculación continua que permiten reducir alrededor del 50% del agua, durante la perforación diamantina, medida que es necesaria impuesta en el marco normativo peruano en el Artículo 21.4 del DS N° 019-2020-EM “Decreto supremo que modifica el Reglamento de Protección ambiental para las actividades de exploración minera”. Otra alternativa para una buena gestión del agua es el uso de fuentes de agua alternativas procedentes de otros procesos operativos, que puedan ser tratadas y que sean compatibles con la actividad.
Por otro lado, también es importante tomar medidas para la protección de la calidad del recurso hídrico superficial y subterráneo, en ese sentido, una medida conservadora de protegerlo es ubicar a las perforaciones (la proyección de los sondajes) a más de 50 m de cualquier cuerpo de agua (ríos, quebradas, lagos, lagunas, manantiales, entre otros).
Finalmente, no puede dejarse de lado las actividades de concientización de prácticas responsables para el adecuado uso del recurso hídrico.
2. Participación ciudadana: Para operaciones que se emplazan en territorios comunales o con presencia de poblaciones, es importante desde esta primera etapa exploratoria establecer un diálogo abierto, transparente y oportuno, con la finalidad de aterrizar las expectativas sociales y el alcance del Proyecto, que muchas veces son puntuales (hasta menos de 20 plataformas) y de muy corto tiempo (hasta menos de 24 meses desde la construcción hasta el post-cierre). Según la envergadura del proyecto, pueden establecerse como parte de los programas sociales del Plan de relacionamiento comunitario, programas de comunicación y consulta, programas de empleo local, programas de adquisición de servicios, programas de apoyo a la población, monitoreos comunitarios, entre otros de acuerdo con las necesidades que se identifiquen en la zona.
Es importante destacar que, el Perú cuenta con una sólida legislación ambiental que regula las actividades mineras de exploración como de explotación y muchas de estas prácticas se presentan en los Instrumentos de Gestión Ambiental (IGA) que definen los lineamientos de gestión socioambiental que se van a implementar durante el desarrollo del proyecto de exploración. Sin embargo, una minería sostenible no solo se logrará con la implementación de estrategias ambiental y socialmente responsables. Por un lado, es necesario que se siga promoviendo la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías cada vez menos invasivas con el ambiente. Y por otro lado, una minería sostenible debe ir de la mano con el desarrollo social impulsado desde el Estado a fin de reducir las brechas sociales existentes, así como la erradicación de la minería ilegal que va contracorriente en este interés de escalar a una minería cada vez más responsable.