Si la industria cementera fuera un país, sería el tercer mayor emisor de CO2 del mundo solo superado por Estados Unidos y China. Solo en Latinoamérica, Brasil y México producen más de 100 millones de toneladas métricas de cemento al año (Mta). Tanto en producción como en consumo de cemento le siguen Argentina y Perú con más de 10 Mta. En el mundo, la producción de cemento representa el 8% de las emisiones globales totales.
Este escenario climático mundial ha puesto sobre la mesa la necesidad de optar por alternativas menos contaminantes y así disminuir las emisiones de CO2 asociadas con la producción de cemento. “El 40% de emisiones provienen del desprendimiento de dióxido de carbono que se encuentra arraigado en un material base utilizado para la creación del cemento: la piedra caliza”, comentó Fleming Voetmann, Vicepresidente de FLSmidth.
Es por ello que, durante muchos años, se ha intentado sustituir la piedra caliza por otros materiales que no contengan el CO2 como componente. Ante esta necesidad de aportar al desarrollo sostenible en el sector de la construcción, se desarrolló una tecnología conocida en ingeniería como “calcinación de arcilla”, que apuesta por la sustitución de la piedra caliza por arcilla.
¿Se está usando la “calcinación de arcilla” para la elaboración del cemento en el mundo?
MissionZero es uno de los proyectos más innovadores y ambiciosos de FLSmidth, que tiene como objetivo guiar a la industria cementera hacia un camino más sostenible y con ello llegar a las cero emisiones de CO2 en el 2030. Para lograr esa meta, FLSmidth ha iniciado proyectos piloto de la mano de clientes e instituciones académicas. El uso y resultados de este nuevo cemento “verde” en carreteras cortas y puentes pequeños ha sido prometedor.
Actualmente, se cuenta con aproximadamente el 70% de la tecnología que se necesita para cumplir con la promesa de MissionZero para llegar al 2030 generando cero emisiones de CO2. “Tenemos la seguridad de que la apuesta e inversión que estamos haciendo en investigación y desarrollo proporcionarán el 30% restante en los próximos años”, aseguró Voetmann.
¿Qué otras medidas pueden incentivar el desarrollo sostenible en el sector de la construcción?
En adición a la técnica de la calcinación de arcilla, existen otras iniciativas como la eliminación gradual de las fuentes de energía fósil a través de medios como la electrificación.
Otro factor importante a tener en cuenta es el cambio de mentalidad de la industria. Este esfuerzo no solo requiere de una inversión en maquinaria y equipo, sino también el compromiso de luchar contra el desafío de desacelerar el calentamiento global.
El sector público también debe allanar el camino para que estas iniciativas tecnológicas allanen el camino hacia los usuarios finales: las fábricas de cemento.
Por último, también se pueden establecer requisitos para la huella de CO2 que dejan los edificios recién construidos, así como la creación de un impuesto sobre productos que contengan carbono. Incluso se podría estipular que el 30% o más de los materiales usados en los grandes proyectos de construcción sean sostenibles.
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