ACTUALIDAD. Royal Dutch Shell planea convertirse en la mayor compañía eléctrica del mundo dentro de 15 años, una medida que sugiere que ve el cambio climático como una amenaza más grande para su negocio que los rendimientos históricamente débiles de la electricidad.
El segundo mayor explorador de petróleo del mundo por valor de mercado está gastando hasta US$2.000 millones al año en su división de nuevas energías, principalmente para crecer en un sector que prevé rendimientos anuales de entre 8% y 12%, según Maarten Wetselaar, director de Unidad integrada de gas y nuevas energías de Shell.
“Creemos que podemos ser la compañía eléctrica más grande del mundo a principios de los años 2030”, dijo Wetselaar en una entrevista con Bloomberg Television el lunes. “No estamos interesados en el negocio de la energía porque nos gusta lo que vimos en los últimos 20 años, estamos interesados porque creemos que nos gusta lo que vemos en los próximos 20 años “.
Los inversionistas están presionando a las compañías para que protejan sus negocios de un cambio a combustibles con menor contenido de carbono, impulsado por nuevas leyes y hábitos de los consumidores. Esa presión es especialmente fuerte en Europa, donde la semana pasada el Ministerio de Finanzas de Noruega ordenó a su fondo de riqueza soberana de US$1 billón (millón de millones) vender acciones de compañías de petróleo y gas para protegerse de una “disminución permanente” en los precios del crudo.
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