Para Fitch Ratings, los resultados de las elecciones presidenciales del 11 de abril en Perú resaltan las debilidades de las instituciones políticas de Perú.
A través de un informe, la corporación financiera resaltó que un gran número de candidatos, muchos de ellos con escasas raíces partidistas, dividió el voto presidencial, lo que resultó en un candidato presidencial de tendencia izquierdista que encabezó la votación.
“La elección se produjo en un contexto de gran descontento con la corrupción, las disparidades sociales que dejó al descubierto la pandemia, la debilidad de los sistemas de agua y de salud pública y la inestabilidad política desde 2016”, señaló.
Añadió que los resultados preliminares indican que Pedro Castillo (Perú Libre), un educador de izquierda del norte de Perú que no estaba entre los seis primeros antes de la votación, lideró la primera ronda. “Durante su campaña, el Sr. Castillo propuso reescribir la constitución, reestructurar el sistema de pensiones y nacionalizar la industria del gas natural”, informó.
También está en disputa Keiko Fujimori, una política de derecha que perdió por poco las elecciones de 2011 y 2016, aunque los desafíos judiciales pendientes sobre la morosidad en el financiamiento de campañas ensombrecen su candidatura. “La señora Fujimori apoya el capítulo económico de la constitución, simplificando la formalización empresarial, consolidando las finanzas públicas ampliando la base imponible y ajustando el gasto, ampliando la cobertura previsional con formalización laboral”, indicó.
Fitch evaluará el impacto de las políticas económicas y fiscales de los candidatos en el marco institucional, la economía y la trayectoria de la deuda a medida que evolucionen durante la campaña previa a la segunda ronda de votaciones el 6 de junio. Los marcos macro y fiscal de Perú tienden a moderar las propuestas de política una vez los candidatos ingresan al cargo.
“La medida en que el Congreso pueda trabajar con la administración entrante será fundamental para la capacidad del gobierno de aprobar reformas fiscales y que mejoren el crecimiento. El próximo presidente se enfrentará a un congreso fragmentado de al menos 10 partidos, lo que requerirá alianzas estratégicas para aprobar legislación y aliviar los desafíos de gobernabilidad”, sostuvo Fitch Ratings.
Agregó que el partido Perú Libre de Castillo ganó alrededor de 37 de 130 escaños (28% de los votos) en la legislatura frente a los 24 escaños de Fuerza Popular de Fujimori (18% de los votos).
“Fitch monitoreará la postura política de la próxima administración sobre las reformas económicas, incluido el progreso en las medidas tributarias para cerrar la brecha de ingresos proyectada después de fortalecer los ingresos del cobre, fortalecer los apoyos sociales, la reforma del sistema nacional de pensiones”, detalló.
Asimismo, enfatizó que las políticas que socavan el marco macro y fiscal de Perú y la erosión sostenida del balance del soberano serían crediticias negativas. Por ello, las tensiones recurrentes entre el ejecutivo y el legislativo en 2016-2020, la inestabilidad política y el deterioro de la previsibilidad de las políticas en medio de numerosas medidas populistas preelectorales por parte de la legislatura actual fueron factores que llevaron a la revisión de la Perspectiva de calificación de Perú (BBB +) a Negativa en diciembre de 2020.
Para Fitch Ratings, hay una serie de señales clave para vigilar después de las elecciones; así, después de la toma de posesión del nuevo presidente y miembros del Congreso el 28 de julio, el primer presupuesto de la administración que vence el 30 de agosto trazará sus planes para equilibrar la consolidación fiscal con el aumento de las demandas sociales.
“Un tema clave es si la planificación fiscal podrá conciliar la consolidación a largo plazo con un mayor gasto en el corto plazo para abordar los desafíos relacionados con el coronavirus. La regla presupuestaria y el límite máximo de deuda se eliminaron para 2020-2021. Esperamos un mayor gasto social después de la pandemia en casi todos los escenarios potenciales y no esperamos que la deuda del gobierno general caiga rápidamente por debajo del ancla de deuda del 30% del PIB. Las medidas populistas del actual congreso también se han sumado al gasto estructural”, puntualizó Fitch Ratings.