ENERGÍA. El ministro de Energía y Minas, Francisco Ísmodes, proyectó que la demanda de energía de nuevos proyectos mineros -como la ampliación de Toromocho, Quellaveco, Mina Justa, entre otros- sería de 1,437 MW entre el 2019 y el 2024.
Mientras que la nueva oferta de generación de energía en ese mismo periodo ascendería a 812 MW, lo que implicaría una inversión de US$ 1,542 millones (recientemente el viceministro del sector, Eduardo Guevara, indicó que solo hasta el 2023, la inversión sumaría US$ 1,483 millones).
A pesar del déficit que se presentaría, esto no sería un problema, porque existe potencia adicional -solo considerando concesiones temporales- por 700 MW que podrían sumarse a la oferta.
Además, actualmente existe un margen de reserva (44%) sobre la potencia eficiente que cubriría la demanda en el corto plazo (hasta el 2023, estimó el ministro).
Sin embargo, el ministerio también tiene en su radar una demanda adicional de 665 MW de otros proyectos mineros importantes (como Tía María).
Por ello, si no se concretaran nuevos proyectos de generación, el crecimiento de la demanda de energía generaría una presión sobre los precios spot a partir del 2023, considerando que las centrales hidráulicas y renovables no convencionales no se encuentran disponibles necesariamente durante los picos de demanda, y se tendría que hacer uso del diésel, lo que resulta más costoso, anotó el ministro Ísmodes.
Las acciones
El titular del sector declaró que se impulsarán nuevos proyectos de generación que permitan cubrir la demanda adicional, principalmente de los proyectos mineros.
“Se viene trabajando para promover nuevas inversiones en el tema de nuevos proyectos de electricidad, de generación. Y también de esa manera ponernos en un escenario de mayores proyectos mineros que se puedan promoverse en los próximos años”, explicó durante el evento de “Perspectivas económicas 2019”, elaborado por Gestión.
Además, resaltó que será importante que en este contexto se considere empezar a operar con gas el Nodo Energético del Sur. “Eso aporta un cambio de 1,400 MW de diésel a gas. Eso permite mejorar la posición respecto de la generación y la demanda”, subrayó (ver gráfico).
Indicó que mientras se define el nuevo proyecto del Gasoducto Sur, se va a llevar el gas natural (desde la zona de regasificación y embarque, en Pampa Melchorita) por buque al sur, “lo que permite adelantar el gas para el Nodo Energético para evitar el incremento en el precio”, dijo, en referencia a la producción eléctrica de respaldo (con plantas que no operan solo con gas, sino además con diésel).
Mercado eléctrico
En busca de fortalecer el mercado eléctrico en el país, el ministro remarcó que se está planteando una política energética al 2030 que sobre todo dé predictibilidad a inversionistas y usuarios.
Entre sus lineamientos, además de incentivar las inversiones en nuevos proyectos de generación eléctrica, se buscará promover la competencia de todas las tecnologías de generación; identificar mecanismos regulatorios que garanticen la adecuada formación de los precios spot; mejorar la regulación de la transmisión y distribución; y fomentar la innovación tecnológica y la modernización del sistema.
También se pretende mejorar la regulación de la comercialización y tratamiento de los usuarios libres, y mejorar el marco normativo para simplificar procesos de autorizaciones.
Y se buscará promover las energías renovables para que al 2030 representen el 30% de la matriz energética.