China, el mayor emisor de GEI del mundo, indicó que sus emisiones de carbono alcanzarán su punto máximo en 2030, mientras que ha dicho que logrará ser carbono neutro en 2060.
Agencia Reuters.- China pretende aumentar sus energías renovables, mantener la producción de crudo e impulsar la de gas natural, en un intento por equilibrar la seguridad energética y alcanzar sus objetivos en materia de cambio climático.
China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero (GEI) del mundo, indicó que sus emisiones de carbono alcanzarán su punto máximo en 2030, mientras que ha dicho que logrará ser carbono neutro en 2060.
«Aceleraremos el ajuste de la estructura energética y promoveremos la seguridad del suministro de energía y la transformación con bajas emisiones de carbono al mismo tiempo», dijo el martes la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma en un comunicado.
China mantendrá la producción anual de crudo en 200 millones de toneladas, equivalentes a 4 millones de barriles diarios, y aumentará la producción anual de gas natural a más de 230.000 millones de metros cúbicos en 2025, frente a los 205.000 millones de metros cúbicos de 2021.
El gobierno dijo que «ampliará de manera activa» la exploración y el desarrollo de recursos como el petróleo y el gas de esquisto, y que tratará de establecer bases de producción de metano en capas de carbón en las regiones de Mongolia Interior, Xinjiang y Shanxi.
China también planea alcanzar una capacidad de almacenamiento de gas de 55.000-60.000 millones de metros cúbicos, o el 13% del consumo annual total para 2025, y completar una extensión hacia el sur del actual gasoducto China-Rusia, dijo la comisión.
Pekín fomentará el desarrollo del etanol, el biodiésel y el biocombustible, siempre que no afecte a la seguridad alimentaria. China suspendió un plan nacional para que la gasolina tuviera un 10% de etanol a partir de 2020, tras la fuerte caída de las reservas de maíz del país y la limitada capacidad de producción del biocombustible.
China pretende que los combustibles no fósiles representen cerca de una quinta parte del consumo total de energía en 2025, frente al 16% en 2020, y controlar el uso del carbón en la industria pesada, incluyendo el acero, la química y el cemento.