Según el Índice de atractivo de energía renovable por país de EY (RECAI, por sus siglas en inglés), únicamente Chile, Brasil, Argentina y México superan al Perú a nivel regional.
Perú se posicionó como el quinto país más atractivo para invertir en energías renovables de Latinoamérica, de acuerdo con el Índice de atractivo de energías renovables por país 2024 de EY (RECAI, por sus siglas en inglés). Nuestro país se encuentra en el puesto 40 del ranking global, quedando dentro de los principales mercados que demuestran gran potencial en el desarrollo de proyectos de energías renovables. Cabe mencionar que Perú, a nivel global, escaló una posición dentro del ranking global y a nivel regional solo se encuentra por detrás de Chile, Brasil, Argentina y México.
Actualmente la generación de energía en el Perú se concentra en fuentes hídricas y térmicas, esta última compuesta en gran medida por el gas natural, donde el diésel es el combustible secundario que entra al mercado de manera residual.
Cabe mencionar que a marzo del 2024 ambas energías representaron el 92% de la producción del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional de Perú (SEIN), mientras que la generación energética por RER no convencionales (Recursos Energéticos Renovables) representó el 7.8% del total, donde la mayor producción vino por el lado de la generación eólica (6%) y solar (1.8%).
“Atraer e incentivar la inversión en proyectos de energías renovables es clave para el país, más aún si tenemos un gran potencial para el desarrollo de este tipo de proyectos. Para ello necesitamos un compromiso del gobierno en la inclusión regulatoria de las RER al mercado y el fomento de la construcción de infraestructura de transmisión que permita su comercialización en todo el país”, comenta Carla Puente, Socia de Impuestos de EY Perú.
Proyectos de generación eléctrica con recursos energéticos renovables
Actualmente, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) cuenta con una cartera de 26 proyectos de generación eléctrica con recursos energéticos renovables, de los cuales 12 son hidroeléctricas, 11 centrales fotovoltaicas y 3 centrales eólicas. Estos proyectos se ejecutarían hasta el 2028, con una inversión aproximada de US$5,600 millones.
Cabe resaltar que este año, RECAI tuvo entre sus bases de puntaje, por primera vez, los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS, por sus siglas en inglés). Según el informe, los BESS desempeñarán un papel clave en un sistema energético dinámico equilibrando la oferta y la demanda de recursos energéticos distribuidos y añadiendo flexibilidad. El Perú obtuvo una puntuación de 16,9 en BESS respecto al total de puntuación que obtuvo (50.9), siendo el tercer mejor puntaje a nivel de Latinoamérica, detrás de Chile (30.1) y Brasil (19.1).
Además, la información recogida por RECAI añade que el sistema de batería es de los más prometedores entre las tecnologías de almacenamiento de energía existentes debido a su superior densidad energética, eficiencia, modularidad y tiempos de respuesta.
“Los BESS pueden construirse relativamente rápido, por menos capital que otras tecnologías y su capacidad para desempeñar diversas funciones les permite contribuir a resolver múltiples desafíos dentro de un sistema energético cambiante a lo largo de una variedad de periodos y requisitos de potencia”, destaca Puente.
Fuentes de energía renovables
En nuestro país contamos desde el año pasado con el sistema Chilca-BESS, el mayor sistema de almacenamiento de energía con baterías en el Perú. Este conjunto permite destinar una capacidad adicional de 50 MW de energía eficiente al país, fortaleciendo la seguridad energética y se espera que reemplace fuentes de energía menos sostenibles como el carbón o el diésel.
Cabe señalar que la diversificación de fuentes de energía renovables es una tendencia que vienen promoviendo no solo diversos países, sino también las propias industrias ligadas a la generación de energía con recursos no renovables.
A decir de la ejecutiva, las entidades que cuentan con centrales térmicas han iniciado desde ya hace unos años un fuerte proceso de adquisición de proyectos de energías renovables con la finalidad de cumplir con sus propios ODS, así como con los de sus clientes. Esta es una medida alineada a la creciente preocupación por el cambio climático, así como por la futura demanda energética. En esta línea, señala Puente, el Perú debería proyectar un horizonte regulatorio que promueva con premura la inversión en energías renovables.