HIDROCARBUROS. La petrolera estatal peruana Petro-Perú evalúa suspender el funcionamiento del Oleoducto Nor Peruano si no consigue un mayor volumen de petróleo y mejores garantías de que no habrá más derrames de crudo en la Amazonía por sabotajes de la población, aseguró este martes su presidente, Carlos Paredes.
En una conferencia con la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP), Paredes explicó que Petroperú está en conversaciones con el Gobierno, las compañías que extraen el petróleo de la Amazonía peruana, los gobiernos regionales y las comunidades nativas para alcanzar un nuevo acuerdo de gestión del oleoducto.
«Es momento en que nos pongamos de acuerdo en este aspecto y actuemos de manera coherente. Si no, pensemos en hacer otras cosas en la Amazonía», comentó Paredes.
El máximo ejecutivo de Petroperú afirmó que este acuerdo es esencial, debido a que la compañía ha registrado un promedio de US$20 millones en pérdidas anuales durante la última década.
«Este año vamos a transportar en promedio menos de 10.000 barriles por día. A las empresas les cobramos alrededor de US$8,6 por cada barril transportado», indicó.
Paredes explicó que no pueden subir la tarifa porque, de lo contrario, las empresas que lo utilizan para mover su crudo como la canadiense Frontera y la argentina Pluspetrol ya no les saldría a cuenta.
«Mientras no podamos subir ese volumen de manera significativa, nadie va a invertir en el oleoducto, que en su día llegó a transportar hasta 130.000 barriles por día de manera estable. Incluso llegó a picos de 150.000 barriles», recordó.
El ejecutivo defendió que el oleoducto tiene capacidad para transportar mucho más petróleo del actual, pero para ello «hay que promover la inversión de la industria petrolera en la Amazonía».
«Tenemos que promover la producción de petróleo en la Amazonía, o dejar de producirlo, que también es una opción, aunque no es la que yo voy a promover como presidente de Petroperú», apuntó Paredes.
El presidente de Petroperú afirmó que la compañía que dirige «no puede seguir invirtiendo la cantidad que está invirtiendo en el oleoducto» en las condiciones de estos últimos años.
«Tiene más de 40 años construido y hay que gastar mucho en su mantenimiento. En algunos tramos hay que traer nuevas válvulas y tecnología. Cada año son 70 millones de dólares para modernizarlo», detalló Paredes.
En los cálculos de Petroperú para los próximos cinco años figura un déficit anual de US$106 millones si alcanza a transportar 15.000 barriles diarios, un 50 % más del volumen actual.
A ello se une los 30 o 40 millones de soles (unos 10 o 13 millones de dólares) que cuesta cada en la tubería, la mayoría causadas de manera intencional por habitantes de las zonas que atraviesa el oleoducto.
Por eso Paredes busca alcanzar acuerdos con las comunidades indígenas para que contribuyan a la protección del oleoducto y eviten posibles daños.
«Si nosotros no logramos llegar a un acuerdo que permita operar de manera segura, no podremos operar el oleoducto porque es irresponsable de nuestra parte operar algo que puede hacer tanto daño al ambiente y a las comunidades que viven de ese ambiente», señaló.
El ejecutivo consideró que la seguridad del oleoducto no puede garantizarse únicamente rodeándolo con militares como con otros activos del Estado.
Abogó por la política de «incentivos positivos» para que los nativos se dediquen a labores como desbrozar las áreas limítrofes al ducto.
«Antes había un gran incentivo para romper el tubo porque luego te contrataban con un salario mucho mayor del que podías encontrar en el mercado. Eso se acabó», recordó.
El Oleoducto Nor Peruano, operativo desde 1977, transporta el petróleo extraído en la selva peruana hasta el terminal portuario de Bayóvar, en el océano Pacífico, mediante 1.106 kilómetros de tuberías que atraviesan la Amazonía y la cordillera de los Andes.
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