La OPEP recortó la semana pasada su pronóstico de demanda mundial de crudo para el cuarto trimestre en 330.000 barriles por día respecto al proyección anterior.
Agencia Reuters.- Los precios del crudo caían el lunes por las expectativas de un aumento de la oferta, mientras se espera que los mayores costos de la energía y un aumento de casos del COVID-19 también perjudiquen a la demanda.
A las 1115 GMT, los futuros del crudo Brent perdían 1,11 dólares, o un 1,36%, a 81,05 dólares el barril; mientras que los del West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) cedían 1,03 dólares, o un 1,27%, a 79,76 dólares el barril.
Los mercados de crudo han declinado en las últimas tres semanas, golpeados por la apreciación del dólar y especulaciones de que el gobierno de Joe Biden podría liberar crudo de la Reserva Estratégica de Petróleo de Estados Unidos para enfriar los precios.
«Las posibles liberaciones de crudo de las reservas estratégicas de petróleo de Estados Unidos tienen gran parte de la culpa de la caída del precio», dijo el analista jefe de materias primas de SEB, Bjarne Schieldrop.
«La razón más probable de la actual debilidad del precio del petróleo es el aumento de las tasas de infecciones por COVID-19 y las preocupaciones asociadas por la demanda mundial de petróleo debido a confinamientos o restricciones», agregó.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) recortó la semana pasada su pronóstico de demanda mundial de crudo para el cuarto trimestre en 330.000 barriles por día respecto al proyección anterior, ya que los altos precios de la energía están obstaculizando la recuperación económica de la pandemia.
Europa se ha convertido nuevamente en el epicentro de la pandemia de COVID-19, lo que llevó a algunos gobiernos a considerar la posibilidad de volver a imponer confinamientos, mientras China lucha contra la propagación de su mayor brote causado por la variante Delta.
La rusa Rosneft, la segunda compañía petrolera más grande del mundo por producción después de Saudi Aramco, advirtió el viernes de un potencial «superciclo» en los mercados energéticos mundiales, lo que eleva la perspectiva de precios aún más altos, ya que la demanda supera a la oferta.