La Comisión Europea propuso el miércoles recortes en el uso de la electricidad y la aplicación de gravámenes a las empresas energéticas para obtener 140.000 millones de euros que los Gobiernos podrán destinar a ayudar a las empresas y los ciudadanos con las crecientes facturas energéticas.
Reuters.- Los grupos industriales han advertido que el paquete de medidas de emergencia de la Unión Europea para reducir los costes de la energía se queda corto, e instan a Bruselas a hacer más para controlar los precios del gas.
La Comisión Europea propuso el miércoles recortes en el uso de la electricidad y la aplicación de gravámenes a las empresas energéticas para obtener 140.000 millones de euros que los Gobiernos podrán destinar a ayudar a las empresas y los ciudadanos con las crecientes facturas energéticas.
«Estas medidas no son suficientes y no salvarán a la industria del aluminio, que hace un uso intensivo de la energía, de nuevos recortes de la producción, pérdidas de puestos de trabajo y, posiblemente, de un colapso total», afirmó el grupo industrial European Aluminium en un comunicado.
El sector, muy intensivo en el uso de energía, instó a los ministros de Energía de la UE a tomar «medidas adicionales» cuando se reúnan el 30 de septiembre para negociar los planes, en particular, para hacer frente a los altos precios del gas, que son el principal motor del aumento de los costes de la electricidad.
«Necesitamos un suministro físico de gas a precios competitivos para que los productores europeos de fertilizantes puedan reanudar la producción», dijo el director general de Fertilizers Europe, Jacob Hansen.
El grupo pidió «más medidas» dirigidas al mercado del gas.
Alrededor del 70% de la producción europea de amoníaco se ha detenido desde agosto debido a la subida de los precios del gas, dijo Fertilizers Europe. El gas es un ingrediente clave en los métodos actuales de producción de amoníaco.
Los precios del gas en Países Bajos han bajado este mes, pero siguen siendo 14 veces más altos que hace dos años. El aumento de los precios se debe a la reducción de los suministros de gas a Europa por parte de Rusia tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú en febrero.
El grupo de presión del sector siderúrgico europeo, Eurofer, afirmó que los planes de la UE «no garantizan un suministro energético asequible» y que es poco probable que eviten los recortes de producción y los despidos temporales en el sector.
Sin embargo, los llamamientos para frenar los precios del gas han dividido a los países de la UE.
Italia y Polonia están a favor de limitar el precio del gas importado. La idea cuenta con la oposición de Alemania, el mayor comprador de gas de Europa, y de otros países, como los Países Bajos, que temen que el suministro se aleje de Noruega, Argelia y otros productores no rusos.
La Comisión no incluyó en sus propuestas la limitación de los precios del gas, y algunos altos cargos de la UE coincidieron con la preocupación de que la limitación de los precios pusiera en peligro la capacidad de Europa para reforzar el suministro este invierno
La UE también archivó un plan anterior de limitar sólo los precios del gas ruso. Lo hizo tras la oposición de los países de Europa Central y Oriental, que temían que Moscú tomara represalias interrumpiendo los escasos suministros que aún envía al bloque.
No obstante, algunos diplomáticos se muestran cautelosamente optimistas ante la posibilidad de que las propuestas de la Comisión se aprueben en la reunión del 30 de septiembre, aunque algunos países hayan expresado su preocupación por los planes.
Por ejemplo, Polonia y Hungría han cuestionado los planes de aplicar un impuesto sobre los beneficios inesperados a las empresas de combustibles fósiles con el apoyo de una mayoría reforzada de países de la UE, en lugar de la aprobación unánime que suelen requerir las leyes fiscales.