Buscan reducir la exposición de los trabajadores, y disminuir a la mitad los tiempos de estabilización para ingresar a las zonas detonadas.
Como principal objetivo, la inspección con drones busca identificar los “tiros quedados”, que corresponden a los explosivos, o restos de ellos, que no detonaron y que pueden poner en peligro, tanto al personal como a la operación.
“Son sumamente peligrosos y corremos el riesgo de que detonen de manera imprevista aguas abajo o en la misma inspección”, señaló Francisco Castro, jefe de Unidad Diablo Regimiento.
Asimismo, Samu Cortés, ingeniero de la Dirección de Innovación de la División El Teniente, sostuvo que “como unidad de la minera estatal buscamos probar nuevas tecnologías de operación que nos permitan acercarnos a una minería más segura y eficiente, lo que toma más relevancia en la situación actual, donde los nuevos proyectos traen más desafíos”.
Por su parte, Cristóbal Farías, jefe de Oficina Técnica de Geosupport, empresa proveedora de la tecnología, puntualizó que a diferencia de un dron tradicional que vuela en superficie, éste no ocupa equipos GPS de control, sino que funciona con sensores que detectan los muros para no colisionar con las cajas del túnel.
“Este dron tiene una estructura especial que lo protege y cuenta con una cámara RGB de 24 megapíxeles para hacer todo tipo de inspección e ingresar a espacios confinados de más difícil acceso, donde no puede ingresar personal”, añadió.