La decisión del Gobierno de Biden supone la segunda vez en seis meses que aprueba una gran reducción de las reservas petrolíferas sin la aprobación de la AIE.
Agencia Reuters.- Estados Unidos anunció en marzo una liberación récord de reservas de crudo de emergencia sin consultar a sus socios de la Agencia Internacional de la Energía, por lo que éstos se apresuraron a realizar sus propias liberaciones, según dos fuentes familiarizadas con el asunto.
La acción unilateral de Washington para abordar los problemas de suministro o de precios a nivel mundial corre el riesgo de socavar la relación de Estados Unidos con la AIE, el organismo mundial de vigilancia de la energía que normalmente supervisa las liberaciones internacionales de las reservas de emergencia, y podría plantear dudas sobre la continuidad de la relevancia del grupo.
La AIE, con sede en París y que agrupa a 31 países, en su mayoría industrializados, se creó tras la crisis del precio del petróleo de 1973 para garantizar el suministro continuo de energía a sus miembros en caso de embargo, guerra o temporal de consecuencias devastadoras.
A los miembros del grupo les preocupa que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, esté utilizando la Reserva Estratégica de Petróleo para frenar la desbocada inflación interna por razones políticas, en lugar de proteger a los países consumidores frente a una interrupción del suministro mundial, según las fuentes, que declinaron ser identificadas debido a lo delicado del tema.
«La AIE se sintió incomodada por la liberación (de Estados Unidos), que en un principio fue realizada esencialmente de forma unilateral por Estados Unidos», dijo una fuente familiarizada con la diplomacia en torno a la publicación.
«Los miembros de la AIE entienden que debemos cooperar en conjunto», dijo otra fuente, esta de un país miembro de la AIE, que afirmó que la liberación por parte de Estados Unidos fue una sorpresa.
La AIE dijo a Reuters que había estado en estrecho contacto con todos los países miembros, incluido Estados Unidos, en el período previo a sus dos anuncios de liberación de reservas de este año.
«Esta consulta, así como las decisiones para tomar medidas colectivas, se llevaron a cabo de acuerdo con los procedimientos de la AIE».
El Departamento de Energía de EEUU dijo que el país había estado en «contacto frecuente» con la AIE y sus Estados miembros sobre la seguridad energética antes de la liberación de petróleo, pero confirmó que su decisión de efectuarla era «independiente» de la AIE.
No comentó si Estados Unidos compartió por adelantado el momento y el volumen de su liberación.
«Estados Unidos y otros países miembros de la AIE pueden y han liberado, de forma independiente, petróleo de sus reservas estratégicas al margen de cualquier acción colectiva de la AIE», dijo el departamento en un comunicado enviado a Reuters.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de Reuters en busca de comentarios.
UNA «ÓPTICA EXTRAÑA»
La cuestión gira en torno al anuncio de Estados Unidos el 31 de marzo de que liberaría 180 millones de barriles de las reservas estratégicas a un ritmo de 1 millón de barriles al día para bajar los precios mundiales de la energía y hacer frente a los recortes en el suministro de petróleo ruso desde su invasión de Ucrania en febrero.
Las fuentes dijeron a Reuters que Washington no había informado a la AIE o a sus miembros de que el anuncio se iba a producir —una ruptura con los precedentes— y que el volumen récord, más de tres veces mayor que cualquier otra liberación anterior de la SPR, fue inesperado.
El anuncio de Estados Unidos se produjo un día antes de que los miembros de la AIE se reunieran para discutir una liberación coordinada. Tras la reunión, presidida por la secretaria de Energía estadounidense, Jennifer Granholm, la AIE anunció que se había acordado una liberación coordinada, pero no dio detalles sobre los volúmenes.
En ese momento, la dirección de la AIE comenzó a celebrar reuniones bilaterales con otros miembros para reunir las contribuciones, según las dos fuentes. Tras una semana de diplomacia, se consiguió el compromiso de sus miembros no estadounidenses de liberar otros 60 millones de barriles en conjunto.
Sin embargo, esa cifra de 60 millones de barriles era relativamente pequeña. Según las normas de la AIE, la contribución de un país miembro a una liberación de emergencia coordinada debe corresponder aproximadamente a la proporción de su consumo de petróleo dentro del grupo.
Dado que Estados Unidos representa alrededor de la mitad del consumo entre los miembros, la contribución de la AIE debería haber coincidido aproximadamente con la extracción estadounidense.
«Eso no era factible», dijo la fuente familiarizada con la diplomacia. «Era imposible, ya que nadie tenía esas reservas».
«La óptica de que la liberación se haga en un 75% en Estados Unidos y en un 25% en el resto del mundo es simplemente extraña», añadió la fuente.
El anuncio de la AIE disimuló el desajuste, detallando una liberación de 120 millones de barriles, de los cuales 60 millones procedían de Estados Unidos en los dos primeros meses, prácticamente ignorando el hecho de que Estados Unidos pretendía mantener el flujo de petróleo durante cuatro meses más.
La decisión del Gobierno de Biden supone la segunda vez en seis meses que aprueba una gran reducción de las reservas petrolíferas sin la aprobación de la AIE.
En noviembre, Estados Unidos se comprometió a liberar 50 millones de barriles para frenar la subida de los precios debido a un repunte repentino de la demanda desde los días más oscuros de la pandemia del COVID-19.
Si bien algunos miembros de la AIE, como Corea del Sur, Reino Unido y Japón, contribuyeron a esa liberación, la propia agencia se mantuvo al margen porque no veía ninguna interrupción importante del suministro que pudiera abordarse en ese momento.
Sin embargo, tras la invasión de Rusia, los países miembros de la AIE consideraron oportuno organizar una liberación coordinada. El 1 de marzo, anunciaron una liberación de 60 millones de barriles —la mitad de ellos procedentes de Estados Unidos— para contrarrestar las probables interrupciones del suministro de Rusia, uno de los principales productores mundiales de petróleo y gas.
CRÍTICAS INTERNAS
Los oponentes republicanos de Biden le han criticado por su decisión de liberar los 180 millones de barriles de las reservas estadounidenses, argumentando que la decisión era política y que, en cambio, debería fomentar la producción nacional de petróleo.
Los precios récord de la gasolina en Estados Unidos se consideran una de las principales vulnerabilidades del partido demócrata de Biden de cara a las elecciones de mitad de mandato de noviembre.
Biden se presentó como candidato con la promesa de eliminar los combustibles fósiles para ayudar a combatir el cambio climático, pero su administración no ha logrado imponer ningún freno a la industria y en los últimos meses ha instado a las petrolíferas a acelerar la producción para bajar los precios.