Tanto las exportaciones de petróleo como de oro recibirían un trato preferencial de parte del Gobierno de Donald Trump.
El petróleo, fuente de una tercera parte de las exportaciones de Colombia a Estados Unidos, recibirá un trato preferencial del Gobierno de Donald Trump en su guerra arancelaria global. Así lo certifican los documentos que la Casa Blanca ha venido publicando con más detalles sobre algunos productos exentos de la tarifa del 10% implantada en el caso colombiano y a la mayoría de los países vecinos.
Así, se trata de un bálsamo para uno de los motores y pilares de la economía colombiana, con ventas a la economía norteamericana que ascendieron el año pasado a 5.747 millones de dólares, un 40% del total. Y más si se suma al oro, que representa otro porcentaje significativo —aunque menor al del crudo—.
La decisión de no imponerle aranceles es una medida coherente con las inquietudes del Gobierno del presidente estadounidense. Luis Fernando Mejía, director del centro de pensamiento Fedesarrollo, recuerda que el mandatario republicano prometió en su campaña electoral subsanar los problemas energéticos de su país. Para ello difundió una fórmula que hizo escuela: “drill, baby, drill”. Es decir, taladrar y taladrar el subsuelo. Desregular el sector. Despejar cualquier freno legal a la exploración y explotación de hidrocarburos: “Por eso no sorprende que en la lista de productos exentos estén los energéticos, un factor crítico para la competitividad de los Estados Unidos”, explica a este diario el economista.
Petróleo en el mundo
Lo anterior se desenvuelve en un contexto donde la cotización del precio del barril de crudo no atraviesa sus mejores días. Y ante la nube de incertidumbre, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), un club tutelado por los Estados árabes, anunció el jueves que triplica su producción diaria de crudo en 411.000 barriles a partir de mayo. Una decisión que, de paso, hundió el precio del Brent en torno al 7%, hasta llegar abajo de los 70 dólares, en la Bolsa de Nueva York. “Esto perjudica, claramente, las finanzas públicas de Colombia. Y sus ingresos por divisas”, agrega José Ignacio López, director del centro de estudios económicos ANIF. Así mismo, añade que se trata de un primer coletazo de los impactos recientes contra la estructura del comercio mundial.
En esta situación ambigua, donde uno de los pilares de la economía colombiana resulta inmune a las barreras norteamericanas, y a la vez pierde valor internacional, Luis Fernando Mejía insiste en consonancia con el Gobierno en que el país debe diversificar y consolidar nuevos mercados de exportación cuanto antes.
Las noticias coinciden, además, en una coyuntura en la que el Gobierno de Gustavo Petro se ha inclinado por restarle importancia a los hidrocarburos.
De hecho, su decisión de frenar nuevos contratos de exploración y explotación, en aras de empezar una transición energética, está en la esquina opuesta de la visión del presidente Trump. Basta recordar que el magnate aspira a “liberar el oro líquido bajo nuestros pies”.
El presidente Trump, opina el exministro de Minas Tomás González, le ha mostrado al mundo entero que está dispuesto a ir más allá de lo imaginado en sus apuestas. Por eso no descarta que en algún momento reculé en su decisión de dejar quietos los impuestos de aduana para el petróleo y sus derivados (y también los metales, los medicamentos o la madera): “Por lo pronto ha tratado de evitarse una fuente de dolor con la exención a las importaciones de energía. Ahora bien, como todo ha sido tan errático, en unos meses puede decidir que gravar la energía también es una buena idea. Lo que pasa es que sería una movida muy riesgosa. Si usted encarece el petróleo, todo sube de precio, desde las gasolineras hasta los tiquetes de avión. Y eso le da mucha rabia a los votantes”.
Colombia comparado con el escenario mundial
En su opinión, al país suramericano no le fue tan mal con un arancel del 10% al compararlo con las tarifas de Asia. Pero advierte que el sacudón desde la Casa Blanca ha sido tan fuerte, que podría “tumbar la demanda global de petróleo y con ellos los precios”. Y en Colombia, González recuerda que Ecopetrol ha tenido múltiples problemas con la producción nacional de petróleo: “Lo que está poniendo la mayor cantidad de barriles es el yacimiento que tiene en Texas. Entonces toda la situación es muy particular” continúa el experto, director del Centro Regional de Estudios en Energía.
Con esta posición, señala la directora de la Cámara Colombo Americana, María Claudia Lacouture, “Washington busca proteger su competitividad industrial y la estabilidad financiera”. Una palanca de la economía estadounidense que Trump ha juzgado prudente dejar quieta. Por ello, recuerda que el oro también ha salido indemne de esta primera batería de impuestos: “Al ser un activo refugio, favorece la confianza de los inversionistas y evita la volatilidad de los mercados”. Se trata de otro renglón que suma dentro del producto interno bruto colombiano.
El volumen explotado en el país, según cifras de 2024 de la Agencia Nacional de Minería, representa alrededor del 1,9% de la producción mundial.
Colombia es uno de los 20 mayores exportadores de un mineral cuya cotización en bolsa ha tocado registros históricos en los últimos tiempos.
Entre tanto, los Estados árabes se han adelantado con el incremento en la producción de crudo desde Medio Oriente. “Una línea de análisis es que si se empieza a frenar la economía mundial, la cotización se va a ver afectada. Eso enreda a Colombia. Tenemos que pensar desde ya cuánto nos cuesta cada dólar en términos de regalías”, dice González.
Por último, José Ignacio López, presidente del centro de estudios ANIF, etiqueta el momento como un “choque de incertidumbre”. Comienza a extenderse el temor, añade, a una nueva ola de inflación o bajo crecimiento en Estados Unidos: “En Colombia, de momento, el efecto es limitado. Y si bien las exportaciones de petróleo y oro están exentas, la preocupación se concentra en rubros no tradicionales que podrían estar comprometiendo a corto plazo unos 1.000 millones de dólares asociados al arancel del 10%”.