El calentamiento global, sequías, aumento de la población y la industrialización del mundo son algunos de los aportes a la drástica escasez hídrica que vive el planeta y de la que Chile no está exento.
Dentro de las causas dela crisis hídrica se encuentran entre otros: el consumismo desproporcionado de este recurso vital, sobrepoblación humana que exige más agua, lo que obliga a diseñar ciudades más inteligentes; contaminación de napas subterráneas, ríos, y presas que son el reservorio de la humanidad junto a los hielos de la Antártida
“La minería en Chile no ocupa más del 3% de agua continental, sin embargo, muchas veces es sindicada como una industria alta en su consumo. Pero ese no es precisamente el problema, sino que el hecho de que la actividad se genera en una zona donde la escasez hídrica es muy alta”, se lee en la última columna de opinión de Manuel Viera, Presidente de la Cámara Minera de Chile.
Según el informe de Cochilco sobre uso de agua en minería 2020-2031 se indica que para el año 2031 se espera que el consumo de agua total a nivel nacional sea de 23,3 m3 /seg, con una tasa de crecimiento promedio anual de 2,2%. En términos desagregados, la estimación de consumo de agua de origen continental esperada al 2031 alcanza los 12,4 m3 /s, lo que representa una disminución de un 4% respecto al consumo esperado para el 2020.
Agregan que en el caso del agua de mar la situación es diferente al del agua continental, en la medida que el consumo de agua continental mantiene una tasa de decrecimiento anual promedio cercana a un -0,3%, el agua de mar observa un aumento de consumo de agua en la minería del cobre 2020-2031 crecimiento con una tasa promedio del 6% anual, alcanzando los 10,9 m3 /s al 2031.
Cabe mencionar el cambio de la matriz de producción, que en los próximos años se inclina a los minerales de sulfuros, los cuales son procesados a través de flotación principalmente, proceso que es más intensivo en el uso de agua, el consumo unitario en el proceso de concentración es de 0,36 m3/ton mineral mientras que el consumo unitario en el proceso de hidrometalurgia fue de 0,11 m3/ton mineral, esto demuestra la gobernanza y eficiencia en el uso del agua.
Viera señala que, si las proyecciones se ajustan al año 203, la industria utilizaría un 66% de agua desalada hasta liberar completamente el uso de agua continental.
Aunque las empresas mineras están haciendo grandes esfuerzos tanto para optar por la desalación, el uso de agua de mar e incluso la reutilización, es factible que no todas las compañías lleguen con sus propias plantas, por eso considero que todos los proyectos que entreguen más agua desalada son importantes para la región, porque ayudan a mejorar los procesos y a mantener el desarrollo de la industria de manera sostenible y sustentable en el tiempo.
“Si bien el uso de los recursos hídricos debe ser cuidado y regulado, es momento también de definir las normas que deben regir la desalinización de agua de mar, por cuanto, hemos escuchado que es un recurso infinito, sin embargo, no se tiene claro cuáles podrían ser las eventuales afectaciones que se hagan a nuestro maritorio, incluida la flora y fauna”, manifestó.
Por ello, es de suma importancia que en la actual discusión sobre el Código de Aguas que se encuentra en el Congreso Nacional, no solo se resguarde el derecho de uso para consumo humano, sino que también se revise la forma en que se puede utilizar el uso de agua de mar, en sus diversas formas.
“Un aporte al sistema puede ser pensar en una Empresa Nacional de Desalinización, que regule, fiscalice y fomente su uso de manera racional y eficiente, aportando de esta forma a entregar un servicio eficiente y de calidad para todos los habitantes, como también para el sector industrial, especialmente para el sector minero, eso sí, ambientalmente sustentable”, acotó.
Además, en nombre de la cámara minera de Chile hizo un llamado a las autoridades a implementar una política pública respecto al uso eficiente del recurso hídrico en las distintas fuentes.
“El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”, concluyó.