Como la mayoría de los componentes utilizados junto con los dispositivos de IA son sofisticados, «esperamos ver un apoyo generalizado para una gama de componentes que contienen metales preciosos».
Reuters.- El auge de la inteligencia artificial (IA) podría apoyar la demanda industrial de metales preciosos el próximo año, aunque las elevadas tasas de interés y las preocupaciones económicas pueden ser vientos en contra a corto plazo, dijo Metals Focus el miércoles.
El chatbot viral ChatGPT ha convertido a la IA generativa en una palabra de moda este año, alimentando un auge en la demanda de chips que impulsan la tecnología e impulsando las acciones de fabricantes como Nvidia.
Como la mayoría de los componentes utilizados junto con los dispositivos de IA son sofisticados, «esperamos ver un apoyo generalizado para una gama de componentes que contienen metales preciosos», dijo Metals Focus en una nota a los inversores.
«El alza esperada de varias aplicaciones que están madurando gradualmente debería ayudar a apoyar la recuperación de la demanda industrial el próximo año», agregó.
Para hacer frente a la evolución de los algoritmos de IA, el crecimiento del envío de servidores e interruptores aumentará en dos dígitos en los próximos años y estimulará la demanda de metales preciosos, indicó Metals Focus.
Aumentará la demanda de aleaciones de platino utilizadas en la fabricación de chips, condensadores cerámicos multicapa de plata-paladio Ag-Pd (MLCC) en componentes de alta potencia, alambre de unión de oro en paquetes de semiconductores y memorias, chapado de oro en placas de circuitos impresos y chapado de paladio en marcos de plomo, añadió.
Los precios del oro al contado han subido cerca de un 9% en las dos últimas semanas, impulsados sobre todo por los flujos de capital refugio provocados por el conflicto entre Israel y Hamás, lo que ha supuesto un impulso para otros metales preciosos.
Las tasas elevadas han frenado las ganancias globales de este activo que no devenga intereses este año, mientras que las preocupaciones económicas podrían frenar la compra del metal en los mercados físicos.