INTERNACIONAL. La multinacional sanitaria de origen francés Suez se instaló hace nueve meses en Chile, por su optimista mirada hacia el mercado nacional. Aunque cuenta con presencia desde finales de los 90 a través de Aguas Andinas, con el 50,1% de sus acciones, su aterrizaje en enero se enfoca en el desarrollo de la industria desalinizadora.
El director de Proyectos de Suez en Chile, Bernard Bon, indicó que hicieron un estudio de mercado que reveló la existencia de 10 mil litros de agua por segundo (l/s) equivalentes en proyectos, que no han sido tratados en el país. Razón por la que la empresa decidió entrar con 10 nuevos proyectos este año, de los que tres son exclusivamente de inversión y que tienen perspectivas para los próximos cinco años.
Bon cuenta que la iniciativa más grande en la que participan es una planta de desalinización en la Región de Atacama, con un costo total de US$ 1.000 millones, pero del que ellos invierten un 10%. La construcción, que abarcará una desalinizadora de 86 mil metros cúbicos al día (m {+3} /d) y está ubicada en la comuna de Caldera, tiene todas las aprobaciones ambientales y está entrando en la fase de ingeniería. Además, Suez fue calificada para participar en otro proyecto minero en la Región de Antofagasta, una planta desalinizadora de 70 mil m {+3} /d.
Bon explica que Chile está en una etapa de crecimiento, “hay pocas desalinizadoras y grandes necesidades”, las que se concentran principalmente en el sector minero. La empresa desembolsará US$ 100 millones en los proyectos, pero según el director, las perspectivas en el país son ilimitadas. “Si es interesante pondremos mucho más que US$ 100 millones”, explicó.
La caída en los precios del agua desalada
Según un estudio de Suez, los elevados costos de desalación bajarán gracias a las mejoras tecnológicas y al uso de energías renovables, las cuales abaratarán los costos del proceso y se reflejarán en la tarifa de agua extraída.
Además, caerá la inversión y mantenimiento de las plantas, porque las mismas membranas que hoy funcionan desalando el 50% del agua que entra, podrán hacer una conversión de 75% con una tecnología que aún está en desarrollo, llamada liquid ionic membrane.
Esto proyecta que si en 2016 el precio del agua desalada era entre US$ 0,8 y US$ 1,2 por m {+3} en 20 años más esta cifra podría llegar a US$ 0,3 y US$ 0,5 m {+3} . Es decir, en dos décadas los precios caerían a más de la mitad.