El encargado de mostrar este rumbo fue Horacio Marín, presidente y CEO de la compañía, durante el Investor Day 2025.
Durante una presentación ante inversores internacionales en la Bolsa de Nueva York, en medio de la crisis financiera que impacta en una baja sostenida del precio del crudo, YPF desplegó su hoja de ruta para los próximos años con un pronóstico al margen de cualquier cimbronazo de coyuntura.
El foco de la petrolera está puesto en tres grandes frentes: acelerar el desarrollo de Vaca Muerta, meterse de lleno en el negocio del gas natural licuado (GNL) y encarar una transformación integral en lo productivo y lo financiero.
El encargado de mostrar este rumbo fue Horacio Marín, presidente y CEO de la compañía, durante el Investor Day 2025. El evento dejó claro que lo que está en marcha no es un simple ajuste, sino un cambio estructural que YPF ya empezó a ejecutar el último año.
Según los números que se presentaron, el objetivo para 2030 es duplicar la producción total operada de hidrocarburos y superar los 2 millones de barriles equivalentes por día (kboe/d).
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Todo gira alrededor de Vaca Muerta
La proyección para 2030 muestra que el 90% de la producción provendrá del shale, con 1.640 kboe/d sobre un total de 2.085 kboe/d. En ese contexto, YPF redefine su identidad productiva y se convierte en un “pure shale player”, con Vaca Muerta como eje central de su estrategia.
En paralelo, la compañía anunció un ambicioso plan de inversiones de 6.400 millones de dólares para 2025.
La mayor parte irá al upstream: 3.600 millones de dólares, equivalentes al 56% del total. La refinación y comercialización (downstream) recibirá 900 millones, mientras que el negocio de GNL contará con 1.000 millones.
Además, la empresa prevé un crecimiento sostenido de los gastos operativos, en línea con la ampliación de sus actividades. Todo dentro del marco de una expansión que apunta a consolidarse en el mediano plazo.
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GNL: una jugada de largo aliento
El proyecto de GNL tiene su propia hoja de ruta financiera a cinco años. El foco está en lograr que el desarrollo sea rentable, con un precio objetivo de 7,5 dólares por millón de BTU y una estructura de financiamiento fuertemente apalancada: el 70% bajo el esquema de project finance.
Las proyecciones financieras muestran que el flujo de fondos libre (FCF) será negativo entre 2025 y 2029. Arranca en -0,3 mil millones de dólares en 2025, llega a un mínimo de -1,6 mil millones en 2027, y luego empieza a mejorar: -0,7 mil millones en 2028 y 2029. A partir de allí se espera equilibrio, con un FCF positivo de 1.000 millones de dólares una vez que el proyecto entre en operación plena.
En paralelo, se estima que la inversión (CAPEX) en upstream LNG subirá de 0,1 mil millones en 2026 a 1,0 mil millones en 2027, para luego estabilizarse entre 0,5 y 0,9 mil millones hacia 2028-2029.