Sobre el cobre, el editor internacional de Rumbo Minero resaltó que se “encamina a ser el metal fundamental para desarrollo evolutivo de la humanidad”.
¿Cómo se comportarán los precios de los metales en 2023? Para esta consulta, Rumbo Minero TV conversó con José Gonzales, analista de Wall Street y colaborador de CNN
En el bloque internacional del programa, comentó que en general el 2023 podría seguir siendo un año de volatilidades para los metales y minerales.
Ello basándose en “el marco de una aparente inevitable recesión, terca inflación y altas tasas de interés”.
Además, explicó, que los metales industriales, con especial énfasis en los “Cuatro Fantásticos” -cobre, litio, níquel y cobalto-, deberían tener buena performance por la necesidad global de desarrollar nueva infraestructura y renovar la existente.
Tras ello, el editor internacional de Rumbo Minero se enfocó en el cobre; esto debido a que el Perú es un jugador dominante en la industria cuprífera global.
En ese sentido, José Gonzales destacó las proyecciones optimistas de Goldman Sachs, Bank of América y Glencore para las cotizaciones del cobre en 2023 y 2024.
“Goldman señaló que la tonelada del cobre llegaría a US$ 11,000 en 2023 y US$ 12,000 en 2024”, informó.
“Para Bank of America, la tonelada de cobre se cotizaría en US$ 10,000 en el tercer trimestre de 2023 y podría llegar a US$ 12,000 si las circunstancias son las adecuadas”, indicó.
Añadió que para Glencore se necesita enfocarse en un “déficit enorme” entre la oferta y la demanda que no está siendo reflejado por el mercado.
“Glencore afirmó que las cotizaciones de cobre en el LME podrían llegar a US$ 15,000 la tonelada; o un incremento del 76% de los niveles actuales”, señaló.
Perú y el cobre
Por otro lado, para Kitco el cobre es “el metal más importante y del que hay más escasez” en virtud de la demanda que se distribuye entre construcción, generación y transmisión eléctrica, y producción y manufactura de electrónicos.
A esa demanda tradicional se suma, conforme a José Gonzales, en virtud de la “Transición Energética”, la demanda de infraestructura en energía renovable.
Así como las celdas fotovoltaicas, que se usan en energía solar, y las turbinas de viento; incluso de transporte como son los vehículos eléctricos.
“El déficit del metal solo tenderá a subrayarse en la medida que la demanda esperada podría llegar a 53 millones de toneladas anuales en el 2050 frente a los 21 millones que se producen actualmente”, reveló.
En tanto, se debe tener presente, continuó José Gonzales, esa demanda está casi asegurada en función de las necesidades de inversión en infraestructura a nivel global, particularmente en los Estados Unidos y China, a pesar de los vaivenes de la macroeconomía en el Norte Global.
“Tales variables van a seguir presionando hacia mayor exploración y explotación en minas existentes y potenciales con especial énfasis en Perú y Chile, además de Panamá y el Congo”, apuntó.
Más exploración y reservas
Bajo todo ese escenario, José Gonzales sostuvo que las condiciones de explotación de las reservas de cobre van a ser más costosa.
Como consecuencias a las condiciones geológicas y en función de las presiones inflacionarias globales y el incremento en las tasas de interés.
“La caída de la ley global promedio de 2% en 1900 a 0.5% en el 2030 incrementa el costo de producción; además de las condiciones geográficas en áreas remotas y el incremento del costo laboral y de combustible”, explicó.
Por todo ello, para el analista de Wall Street, el cobre ya no respondería a los vaivenes macroeconómicos.
Sino que será el metal fundamental para el desarrollo evolutivo de la humanidad en una coyuntura en la que podríamos llegar al “peak copper”.
Por todo ello, José Gonzales consideró que la demanda seguirá incrementándose y no la oferta.
“Esto propiciará mejores y mejores cotizaciones que promuevan a su vez mayor exploración y producción y una consolidación en el sector”, recalcó.
“Además de arreglos sociales, vía la implementación de estructuras de “rentabilidad social”, que reduzcan la conflictividad asociada al minado del metal”, concluyó.
Petróleo, gas y energía
Otro tema considerado en el análisis internacional fue el panorama del petróleo y gas como fuentes de energía.
Así, el colaborador de CNN aseveró que, a pesar de una moderación en precios del petróleo hacia el cierre del año, las expectativas son por presiones en el incremento de las cotizaciones en el 2023.
Tras ello, agregó que para los analistas especializados en el sector, los precios del Brent, actualmente en US$ 82 el barril, podrían sobrepasar los US$ 100 nuevamente a principios del próximo año transando entre US$ 110 y US$ 120 por la mayor parte del mismo.
“Las presiones en los precios se deberían a la continuación de la guerra en Ucrania, la continua demanda en el Norte y Sur Globales, las limitaciones en la producción y la caída en inventarios que afectaría en mayor medida al diésel”, definió.
Igualmente, José Gonzales determinó que en el corto plazo, el invierno boreal, proyectado como severo, incrementaría la demanda que se había moderado hacia fines del 2022.
“Al mismo tiempo que las refinerías de Estados Unidos y Europa están funcionando a capacidad total sin poder incrementar la oferta”, resaltó.
Reservas de hidrocarburos
José Gonzales, editor internacional de Rumbo Minero, declaró que -conforme a la Administración de Información energética de Estados Unidos- hacia fines de año, el país tendría menos de un mes de reservas en diésel.
Por ello, se trataría del nivel más bajo desde el 2008, en la medida que no se produjo suficiente en el verano por la guerra en Ucrania.
Además, con la demanda en transporte, navegación, construcción y agricultura recuperándose más rápido que la de gasolina y combustible de aviación.
“Tal circunstancia podría agravarse en febrero de 2023 cuando las sanciones de la Unión Europea contra Rusia se consoliden promoviendo la reactivación de produccion de crudos pesados venezolanos vía la “normalización” de la relación entre Estados Unidos y el gobierno en Caracas”, puntualizó José Gonzales.