Para el exministro de Defensa, parte de la solución a la alta conflictividad en los territorios mineros es consolidar el desarrollo sostenible.
Roberto Chiabra, congresista por Alianza para el Progreso, enfatizó que es prioritario repensar la estrategia de seguridad del Estado ante la arremetida agresiva de cierto sector de la población y grupos infiltrados que ha traído como consecuencia la paralización forzada de la actividad minera sobre todo en los departamentos del sur y que representa el 14% del PBI nacional.
Bajo este panorama, y durante su participación en el II Foro Nacional por el Día de Minero, organizado por el Instituto Peruano en Ciencias de la Tierra y la Escuela Profesional de Ingeniería de Minas, el General de División en retiro propuso la creación provisional de comandos especiales para brindar seguridad a las operaciones mineras detenidas o en riesgo de estarlo.
“Son comandos especiales temporales, se forman y se les asigna sus respectivas funciones. Esa puede ser una salida. Y no debe entenderse que estamos trabajando para los privados. Al contrario, cuidar a la minería no es cuidar a la empresa privada, es cuidar la economía del país”, dilucidó en el evento realizado en la sede del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.
Aseguró que detrás de las feroces movilizaciones contra la mediana y gran minería se encuentra la minería ilegal, que, aparte de destruir el ambiente, explotar trabajadores y no tributar ni un centavo, incita y financia la invasión a concesiones ajenas y amenaza a inocentes para unirse a sus fechorías, pasando de ser un problema de orden social a uno de crimen organizado.
“Ni en la década de 1980 se le hizo tanto daño a la minería como ahora: quema de campamentos, bloqueo de carreteras y toma de terrenos, lo que conllevó a la vulnerabilidad del Corredor Minero del Sur. Entonces, ya no solo es necesario respetar la cultura y generar confianza para devolver la paz social, sino también actualizar los conceptos de seguridad del país”, apremió.
Políticas públicas
Para el exministro de Defensa, parte de la solución a la alta conflictividad en los territorios mineros es consolidar el desarrollo sostenible, que significa satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras, es decir, el equilibrio entre la explotación de recursos naturales, la protección ambiental y el progreso socioeconómico.
“Si formulamos políticas públicas en búsqueda de este equilibrio, reduciremos los enfrentamientos. Si la minería tiene éxito, nos beneficiamos todos, y si fracasa, también, pues no habrá recursos para invertir en infraestructura y servicios. Cuando las personas sienten el mejoramiento de su calidad de vida, agradecerán a la fuente de riquezas que los hace crecer”, reflexionó.
Para culminar, el excomandante general EP refirió que el empresario minero se asemeja al militar, debido a que cuenta con planeamiento estratégico para cumplir las distintas etapas de la actividad minera, generando impacto en la creación de puestos de trabajo bien remunerados y en la apertura de negocios familiares de proveeduría de bienes y servicios a nivel local.
“El empresario minero busca permanentemente mejorar su competitividad y la de su entorno, y por lo tanto es un ejemplo a lo que deberían aspirar todas las empresas en el país, sean públicas o privadas: trabajar con planeamiento, proyectarse objetivos y capacitar a su gente. He ahí la clave de su éxito en todos estos años”, arguyó el congresista Roberto Chiabra.